jueves, 2 de septiembre de 2010

Ni hacen ni dejan hacer

Como si fuera poco, ni siquiera recibe a los hermanos, y a quienes quieren hacerlo, no los deja y los expulsa de la iglesia.
3ª. Juan 10.


Lectura diaria: 3ª. Juan 1-15. Versículo del día: 3ª Juan 10.

ENSEÑANZA

Entre los muchos que se acercan a la Iglesia se encuentran unos que a todo se oponen, lanzando críticas a diestra y siniestra no sólo de los pastores y líderes religiosos, sino de todo aquel que se les atraviese y no les siga la corriente. El anciano apóstol en esta carta nos hace ver la diferencia marcada entre el cristiano que practica la verdad y cumple fielmente el amor al prójimo, tendiendo la mano con su hospitalidad (Gayo); y el que es feliz causando divisiones e imponiendo sus ideas, así pase por encima de los principios (Diótrefes). Recordemos que no debemos ser piedra de tropiezo para nadie y que el Señor bendice y multiplica por cien las dádivas entregadas a otros. Como cristianos debemos ejercitar el cristianismo con las buenas obras, pues sin ellas nuestra fe está muerta (Stg. 2:17), y entre éstas se halla la hospitalidad. La Biblia dice que haciéndolo, algunos incluso hospedaron ángeles (Heb. 13:2). Reflexionemos sobre en qué podemos cambiar y cómo podría ser nuestro proceder frente a situaciones que demanden de parte nuestra, una postura de amor y compasión ante la necesidad ajena. Cambiemos la crítica y murmuración por palabras cordiales que lleven y den siempre una actitud positiva, tratando de ver siempre lo bueno y no lo malo. Muchas veces una sonrisa y una palabra amable, sirven más, incluso, que dar un pan. Actuando así, vamos a permitir que la oración de otros se cumpla, yéndonos bien en todos los asuntos, gozando de buena salud y prosperando espiritualmente (v. 2). Sigamos el ejemplo de Gayo y desechemos el orgullo y prepotencia que caracterizaron a Diótrefes, interponiéndose en no dejar hacer el bien en los demás.

Un abrazo y bendiciones.

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