domingo, 5 de septiembre de 2010

Dichosos, doblemente dichosos

Dichoso el que lee y dichosos los que escuchan las palabras del mensaje profético y hacen caso de lo que aquí está escrito, porque el tiempo de su cumplimiento está cerca.
Apocalipsis 1:3.


Lectura diaria: Apocalipsis 1:1-8. Versículo del día: Apocalipsis 1:3.

ENSEÑANZA

Si hay un libro de la Biblia que nos hable tan fuertemente el poder del Señor Jesucristo, es Apocalipsis. Siempre me ha gustado leerlo y es que paradójicamente, según mi temperamento, debería dejarme angustiada porque es aquí precisamente donde se revela el fin de la humanidad con la gran tribulación; pero aunque sé que esto es un motivo para apiadarme más del prójimo y compartir, me llena mucho más de alegría el conocer cómo será la nueva Jerusalén y el amor del Señor por su Iglesia, la novia esperada y radiante que estará lista para las bodas del Cordero. Dichosos dice el verso; y dichoso es bienaventurado y bienaventurado según los entendidos es doblemente feliz. Pero ¿Quiénes son los dichosos? Los que leen, escuchan y obedecen lo que aquí está escrito. La Biblia toda desde principio a fin, habla del Redentor, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes (v. 5). El grandioso Rey de reyes y Señor de señores; el que no le importó dar su vida en rescate por el hombre y con su sangre nos ha redimido. El que nos llama sacerdotes de su pueblo. El Alfa y la Omega; El que es y que era y que ha de venir. Este es el Dios Todopoderoso, a quien debemos exaltar y rendirle honor y gloria por los siglos de los siglos. Este Jesús tiene el control en sus manos y ofrece una esperanza de gloria a todo aquel que se acerque a sus pies, regalándole la salvación y la victoria sobre el enemigo Satanás. No importa lo que pueda suceder para el cristiano, porque su firme convicción del amor de Dios manifestado en su Hijo, lo cimienta para afrontar la adversidad y ya no hay nada que lo pueda separar de su gran amor. Señor, gracias por tu fidelidad para conmigo; ayúdame también a serte fiel y obedecer tu Palabra para estar siempre en ese estado de dicha que tú me ofreces. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: