domingo, 8 de agosto de 2010

El arrepentimiento empieza por el líder

Al contrario, el rey ordena que toda persona, junto con sus animales, haga duelo y clame a Dios con todas sus fuerzas. Ordena así mismo que cada uno se convierta de su mal camino y de us hechos violentos. ¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos.
Jonás 3:8-9.

Lectura diaria: Jonás 3:1-10. Versículo del día: Jonás 3:9.

ENSEÑANZA

Al leer este capítulo de Jonás no puedo dejar de pensar en nuestro país y sus nuevos dirigentes. Si bien ayer la ceremonia de posesión de nuestro nuevo presidente fue sobria y de una elegancia extraordinaria que nos hace sentir orgullosos, también hay que decirlo, las palabras del mandatario entrante nos llenaron de expectativas de paz y esperanza para esta pobre nación ávida de justicia social. El Señor permita que los millones de votos de la Iglesia Cristiana en Colombia, hagan mella en el corazón del presidente Santos y que su juramento ante Dios, haya sido sincero porque recordemos que mejor es no prometer, que prometer y no cumplir. El presidente Santos no fue en su campaña el de mis afectos, pero entiendo perfectamente que la contienda quedó atrás y que mi deber como el de todo cristiano es orar por él. Lo tendré en mis oraciones diarias para que cada día el Señor le ilumine dándole entereza, discernimiento y sabiduría para gobernar. Creo, como dijo él, hay que cerrar la página anterior y comenzar una nueva con dialogo, tolerancia, perdón y reconciliación. Esto no sólo le incumbe al primer mandatario, todos debemos tener la misma actitud para que “cada uno se convierta de su mal camino y de sus hechos violentos”. No solamente es violento el que está en la selva y ataca desde allá con bombas y secuestros, ni el que está en la calle y ataca a los demás. La violencia hay que empezarla a erradicar desde adentro, desde casa; y en casa cada uno, desde lo profundo de su corazón. Todos somos artífices de paz y todos debemos luchar por conseguirla. Dios permita que los innumerables deseos por lograr un país mejor tanto del presidente del Congreso como del presidente Juan Manuel se cumplan. Unámonos todos en estos momentos de ilusión; volteemos los ojos al Señor y dador de los gobiernos, pidamos perdón por nuestras actuaciones y con corazón arrepentido esperemos la respuesta del Altísimo. ¡Quién sabe! Tal vez Dios cambie de parecer, y aplaque el ardor de su ira, y no perezcamos”. Dios bendiga a nuestra amada patria. ¡Colombia te amamos! Y como dice la poesía aprendida desde niña: “¡Y espero verte siempre, grande, respetada y libre!”

Un abrazo y bendiciones.

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