Cayó de rodillas gritando: ¡Señor, no los culpes por este pecado! Dicho eso, murió.
Hechos 7:60. NTV.
Lectura: Hechos
7:1-60. Versículo del día: Hechos 7:60.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura nos habla del
martirio de Esteban. Esteban tuvo la entereza de hacer un recuento al sumo
sacerdote y al Concilio sobre lo sucedido al pueblo judío, comenzando desde
Moisés y terminando así: “¡Mencionen a un profeta a quien sus antepasados no
hayan perseguido! Hasta mataron a los que predijeron la venida del Justo, el
Mesías a quien ustedes traicionaron y asesinaron. Deliberadamente
desobedecieron la ley de Dios, a pesar de que la recibieron de manos de ángeles”
(vs. 52-53). Al escuchar estas palabras, lo apedrearon hasta matarlo. Sin
embargo, con humildad le pidió al Señor que no les tuviera en cuenta ese
pecado. Un joven llamado Saulo estaba presenciando los hechos.
A veces, nos queda
difícil perdonar una ofensa que no implica la muerte. Tomemos el ejemplo de
Esteban y aprendamos a perdonar a pesar de. Esa es la manera como el Señor
también nos perdona a cada uno de nosotros, entonces, ¿por qué no hacerlo?
Amado Señor Jesús:
Tú nos enseñas a amar sin límite alguno. Permite que el ejemplo de Esteban sea
tomado como instrucción para que, de la misma manera, nosotros perdonemos al
enemigo. Pon en cada corazón, el amor Tuyo y que podamos también decir cuando nos
ofendan, injurien o calumnien: ‘no tomes en cuenta ese pecado Dios’. Gracias
por enseñarnos lo que es saber perdonar como Tú nos perdonas a nosotros.
Un abrazo y bendiciones.
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