¡Vengan, cantemos al Señor! Aclamemos con alegría a la Roca de nuestra salvación. Acerquémonos a él con acción de gracias. Cantémosle salmos de alabanza, porque el Señor es Dios grande, un gran Rey sobre todos los dioses.
Salmo 95:1-3. NTV.
Lectura: Salmo 95:1-7. Versículos del día: Salmo 95:1-3.
MEDITACIÓN DIARIA
Buenos días. Los invito a
concentrarnos en adorar al Señor, rendirle culto de alabanza que brote de
nuestros labios sinceros y por supuesto darle gracias por tantas bondades
recibidas. “Vengan, adoremos e inclinémonos. Arrodillémonos delante del Señor,
nuestro creador, porque él es nuestro Dios. Somos el pueblo que él vigila, el
rebaño a su cuidado” (v. 6-7). ¡La alabanza hace parte del agradecimiento! Es
tanto su amor y misericordia que a diario recibimos, que no hay palabras para
expresar tanta gratitud.
Este día me fascina; es
una fecha que para mí no pasa de largo. Admiro a esta nación donde ahora vivo y
me gozo del día de Acción de Gracias. Ojalá en nuestros países tuviéramos esa
costumbre de dedicar un día a Dios para darle gracias; pero los que le
conocemos y estamos aquí o también lejos, dediquémosle la fiesta al Señor y
démosle gracias cualquiera sea nuestra situación.
Sí mi Dios, que
todos podamos gritar hoy de júbilo dedicándote cantos de alabanza y adoración.
Diciéndote lo Hermoso y Grande que Eres. Gracias, muchas gracias bendito Señor
y Dios nuestro. Tú Eres la Roca de nuestra salvación. Estamos muy agradecidos
Contigo por un día haberte conocido. Eres el mejor regalo recibido y tus
bondades cada mañana nos despiertan con el cantar de los pajaritos, con el
ruido de los patos, de las garzas, de las ardillas y de las iguanas. Toda esta
maravilla es obra Tuya nada más. El mar, el cielo azul, la tarde menguando con
un atardecer de impacto y la noche estrellada con su hermosa luna que engalana,
todos ellos dicen que Eres el Artífice de tan bella creación. Gracias, muchas
gracias por ser yo, parte de tu creación. Gracias por este día que nos tienes con
vida, por el pan diario que nos das. Eres nuestro sustento y aliento. ¿Qué más
podemos pedir? Solo una palabra para Ti mi buen Señor: GRACIAS.
Un abrazo y bendiciones.
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