miércoles, 13 de octubre de 2021

Vivir bajo el cuidado de nuestro Dios Altísimo

El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso. 

Salmo 91:1. NVI.


Lectura: Salmo 91:1-16.  Versículo del día: Salmo 91:1.


MEDITACIÓN DIARIA


¡Cuántas promesas encierra este Salmo! Es que todo el que busca al Señor, que le entrega su vida y vive bajo su amparo tendrá grandes bendiciones. Él se convierte en nuestro refugio; en nuestra fortaleza, ¡el Dios en quien confiamos! Nos libra de peligros ocultos. También nos cubrirá con sus alas; sus fieles promesas serán nuestra armadura y protección. Y aquí esta bien escrito que no importa que lleguen pestes o enfermedades que acechen como en el caso actual con esta pandemia porque si en verdad confiamos en que el Altísimo es nuestro Protector, así veamos que caen familiares o amigos, tenemos la convicción de que existe una promesa para el que se refugia en el Señor, porque no nos tocará ni afectará de ninguna manera. “él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos. Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna” (vv. 11-12).

Este Salmo es para vivirlo cada creyente en el Señor Jesucristo. No es para abrirlo y tenerlo como un fetichismo; de ninguna manera. Nosotros los cristianos sabemos que la Palabra de Dios está ahí porque Dios nos la dejó no solamente para saber cómo comportarnos sino igualmente para que aprendamos a confiar en cada una de sus ricas promesas que son grandes bendiciones si las tomamos y aprovechamos. Los invito a que aprendamos a vivir bajo el cuidado de nuestro Dios Altísimo.


Bendito Señor y Dios Altísimo: te damos gracias por tus palabras de protección y cuidado para cada uno de los que te buscamos y confiamos en Ti. Gracias porque Contigo tenemos el más grande baluarte; podemos vivir tranquilos sin preocupación alguna, porque tanto en el día como en la noche nos resguardas del mal. Sabemos que Tú mandas una legión de ángeles que caminen a nuestro alrededor librándonos de las trampas del cazador y esto nos reconforta y anima en cada paso que damos. Señor, gracias, gracias por mirarnos con infinita misericordia y ternura. Permite que cada nuevo día aprendamos a ser dignos de tanto amor ofrecido. ¡Te amamos bendito Señor y Dios nuestro!


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: