Tú, Dios mío, eres mi pastor; contigo nada me falta.
Salmo 23:1. TLA.
Lectura: Salmo
23:1-6. Versículo del día: Salmo 23:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Escuché que hay ocasiones
en que las ovejas, rechazan un corderito, pero que el pastor al darse cuenta,
toma el corderito, lo lleva a su casa, lo alimenta manualmente y lo abriga. Después
de esto, cuando está un poco grandecito lo retorna al redil. Cuando el pastor llega
y los llama, el primero que sale corriendo es ese corderito. Sabe perfectamente
que su pastor lo tomó, cuidó y protegió.
“Yo soy el buen pastor;
el buen pastor da su vida por las ovejas” (Juan 10:11). Lo bonito es que el
Señor Jesús es nuestro buen Pastor, Él toma todas sus ovejitas y las que ve más
rechazadas y olvidadas, las toma para sí, cuidándolas y levantándolas. Este
buen Pastor está listo a cuidarlas y protegerlas de algún pastor que las olvidó
y solamente las usó para su bien. A ese pastor no le importó verlas heridas y
maltratadas, pero vendrá el buen Pastor y las hará pastar en los mejores
pastizales; buscará a las pérdidas y recogerá a las extraviadas; curará a las
heridas y fortalecerá a las débiles (Ezequiel 34:11-16).
No temas llegar hasta
Jesús, el Pastor por excelencia, Él te hará descansar en verdes prados, calmará
tu sed en tranquilas aguas, te infundirá nuevas fuerzas y te guiará por el camino
(vv. 1-5 en la lectura). De este modo, con tu Pastor al lado puedes
reconfortarte cada día con el amor y la bondad que Él te ofrece. No temas, tu
buen Pastor no te dejará ni te abandonará.
Señor Jesús:
gracias por tenerte a Ti como el Pastor que cuida en todo momento de nosotros.
A veces nos descarriamos y vamos hacia otros pastos que nos hacen daño, pero Tú
con tu inmenso amor estás listo a rescatarnos y de nuevo llevarnos a tu
aprisco. No te importa si nos encuentras maltratados y heridos porque vendas
nuestros golpes. Tú sabes buen Pastor que en tu rebaño hay ovejas que necesitan
hoy más que nunca tu mano protectora. Tómalas nuevamente en tus brazos y sana
todo dolor de su cuerpo y de su alma. No permitas que se extravíen a pesar del
dolor que las embarga. Gracias, gracias buen Pastor y Señor nuestro.
Un abrazo y bendiciones.
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