jueves, 7 de octubre de 2021

¡Cuidado! Es muy fácil caer en idolatría

 No tengas otros dioses además de mí. 

Éxodo 20:3. NVI.


Lectura: Éxodo 20:1-6.  Versículo del día: Éxodo 20:3.


MEDITACIÓN DIARIA


Desde el Antiguo Testamento Dios ha rechazado la idolatría. En la lectura vemos que no debemos hacer ninguna clase de ídolo ni imagen de alguna cosa, ni inclinarnos ante ellos (vv. 4-5). No pensemos que esto es solamente ley de la entregada por Dios a Moisés, porque no es así. En 1 Corintios 6:9, el apóstol Pablo bien nos dice que no nos dejemos engañar porque tal como los ladrones, adúlteros o borrachos, los idólatras tampoco heredarán el reino de Dios y si vamos a Gálatas 5, la idolatría es una obra de la carne.

Tenemos la debilidad de creer que idolatría solo se refiere a imágenes que especialmente vemos en la religión tradicional o que bien es a los que leen el futuro a través del tarot u otros medios de hechicería, pero se nos olvida que Dios exige de nosotros toda adoración y gloria es que: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza” (Marcos 12:30 LBLA), lo abarca todo. Dios desea ser el primero en todas las áreas de nuestra vida. Sin embargo, muy fácil se nos olvida este mandato del mismo Señor Jesús y vivimos desplazando a Dios por otros ídolos que nos hemos adaptado y que muchas veces ni los consideramos como idolatría. El tener a un padre o madre, esposo o esposa, o a un hijo por encima de Dios, ya es idolatría, Y qué no decir cuando el dinero, la riqueza, el automóvil o el mismo trabajo toma el primer lugar en nuestra vida; esto igualmente es idolatría.

Si no queremos caer en este pecado que ofende tanto a Dios, sigamos el consejo del apóstol Juan: “Queridos hijos, aléjense de todo lo que pueda ocupar el lugar de Dios en el corazón” (1 Juan 5:21 NTV). Es creo yo, estar alertas y no permitir que ni pensamiento, palabra u obra nos aleje de Dios nuestro Señor. Te invito a que revises tu vida y observes qué o quién está ocupando el trono que solo le pertenece a Dios.  


Amado Señor y Dios: venimos ante Ti para implorarte que perdones todo pecado de idolatría que se encuentre arraigado a nuestro ser. Es tan fácil caer en él que muchas veces ni nos percatamos de ello; límpianos y lávanos con tu preciosa sangre. Permite que nuestros pensamientos estén encauzados siempre hacia Ti para que, de este modo, no perdamos el horizonte de quién es nuestro Dios y a quién es, al que le creemos. Gracias, muchas gracias buen Señor.


Un abrazo y bendiciones.

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