sábado, 23 de octubre de 2021

Por mi Hecticor

Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto? 

Juan 11:25-26. NVI.


Lectura: Juan 11:17-37.  Versículos del día: Juan 11:25-26.


MEDITACIÓN DIARIA


Mi Hecticor amado: el Señor me bendijo al traerme a Colombia, con el fin de regalarme tus últimos días a tu lado. No es fácil mi hermanito del alma verte partir e igual que dice la canción lo digo yo: ‘¡Ojalá pudiera devolver el tiempo para verte de nuevo, para darte un abrazo y nunca soltarte! Mas comprendo que llegó tu tiempo, que Dios te ha llamado, para estar a su lado, así Él lo quiso. Pero yo nunca pensé que doliera tanto’ (Yo te extrañaré -Tercer cielo). Sí, ¡te extrañaré mi Hecticor, mi hermanito del alma! No, nunca pensé que doliera tanto.


Mi buen Señor Jesús: yo también lo creo. Sé que Eres la resurrección y la vida, creo que viniste a morir por toda la humanidad y entre ella estaba contemplado el nombre de mi Hecticor, por tu gracia y misericordia. Sé que cuando me llames a tu Presencia me voy a encontrar allá no solamente con él sino con todos mis seres queridos que se han ido Contigo. Te doy gracias por haberme dado un hermano como el que me diste. Un hermano que fue para mí: papá, amigo, consejero y consentidor. Un hermano que siempre admiré como hijo y padre. Ahora mi Señor sé que está gozando de tu presencia sin dolor alguno ni preocupación que lo atormente. Gracias porque sé que el abrazo que le diste a su llegada al cielo, olvidó toda tristeza y amargura. Señor Jesús, Marta y María lloraron y se lanzaron a tus brazos al ver a su hermano inerte; Tú mi Jesús también lloraste por tu amigo. Hoy, mi dolor llega hasta lo profundo de mi ser; quiero derramar mis lágrimas ante Ti; júntalas en tu redoma mientras descargo mi tristeza y mi llanto. ¡Abrázame Señor! ¡Te necesito! Abraza igual por favor a mi otro hermano y a mis sobrinos que no entienden la partida de su padre. Gracias por la bendita esperanza de un reencuentro con él cuando me toque partir. ¡Duele mucho Señor!


Un abrazo y bendiciones.

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