Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.
Salmo 46:1. NVI.
Lectura: Salmo 46:1-11. Versículo del día: Salmo 46:1.
MEDITACIÓN DIARIA
La fortaleza vence el
temor. Tener esta virtud ayuda a enfrentar las dificultades que se presentan a
lo largo de la vida. No es que se eludan los problemas; es más bien saberlos
afrontar con valentía. Es pues la fortaleza la que sostiene una fe inquebrantable
que no teme pasar aflicciones porque sabe en quién se ha puesto la mirada. Y ¿quién
es el dador de la fortaleza? Dios. Es Él quien nos capacita y nos la ofrece
cuando sinceramente recurrimos en su ayuda. Cuando sin límites le hemos
entregado nuestra vida a su amado Hijo Jesús, quien vino a afrontar a un mundo
pecador y cargar sobre Él todo su peso. “Por eso, no temeremos aunque se
desmorone la tierra y las montañas se hundan en el fondo del mar; aunque rujan
y se encrespen sus aguas, y ante su furia retiemblen los montes” (vv. 2-3).
El Señor Jesús nos
advirtió que tendríamos aflicciones, pero que confiáramos porque Él venció al
mundo (Juan 16:36). Lo que sucede con frecuencia es que se nos olvida que
tenemos a un Dios Todopoderoso, capaz de sacarnos adelante pese a las dificultades.
“Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las
naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!” (v. 10 en la lectura).
Reflexionemos: si no tuviéramos
problemas, creo que la vida se volvería monótona. Además de eso, son los que más
tarde nos permitirán exaltar y dar toda la gloria y honra a nuestro Dios.
Amado Dios:
gracias te damos a Ti que Eres nuestro baluarte en quien nos refugiamos.
Gracias porque nos enseñas a través de tu Palabra que Contigo somos más que
vencedores. Que Tú Eres nuestra fortaleza y amparo. Bajo tu resguardo no
tenemos por qué temer los ímpetus que se nos presenten; Tú estás siempre a nuestro
lado. ¡Gracias, muchas gracias buen Dios y Señor!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario