En realidad, dice: El mensaje está muy al alcance de la mano, está en tus labios y en tu corazón. Y ese mensaje es el mismo mensaje que nosotros predicamos acerca de la fe: Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.
Romanos 10:8-9 NTV.
Lectura: Romanos
10:1-15. Versículos del día: Romanos
10:8-9.
MEDITACIÓN DIARIA
Infortunadamente cuando
estamos arraigados a una religión en donde prevalecen más los dogmas y el
legalismo, es difícil entender el misterio verdadero de la Cruz. Personalmente
considero que todas las tres ramas del cristianismo (católicos, protestantes y ortodoxos),
les sucede exactamente igual que al pueblo judío: “Yo sé que ellos tienen un
gran entusiasmo por Dios, pero es un fervor mal encauzado” (v. 2). El mensaje, la palabra está ahí: en tus
labios y en tu corazón. Solo tienes que declarar con la boca que Jesús es el
Señor y creer en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos para ser
salvo. Siempre me he preguntado por qué cuesta tanto trabajo aceptar esta
verdad y hoy el Señor me ha dado la respuesta: porque nos domina más la misma
religión con sus tradiciones y dogmas que la fe en Jesucristo como debe ser. No
dejo por fuera a la rama del protestantismo porque dentro de los evangélicos se
encuentra mucho de legalidad sin tener en cuenta que el Señor Jesús vino a
dejarnos su bendita gracia por la cual somos salvos: “Porque por gracia ustedes
han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el
regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte” (Efesios 2:8-9 NVI).
Hay que entender la
gracia como el regalo de Dios para todo aquel que lo confiesa con sus labios y
lo cree en su corazón. Esto no es imponiendo cargas ni mucho menos rituales.
Este regalo hay que atesorarlo y para esto es necesario lo que yo veo diferente
a lo que es una religión: la gracia hay que cimentarla en la relación personal
con Cristo Jesús. Para mí, cristiano es Cristo en uno. O sea, cuando lo dejo
actuar y todo lo mío gira alrededor de Él; todas nuestras áreas están bajo su
control y la única manera de que esto suceda es teniendo esa relación íntima
con nuestro Salvador. Cuando tomamos de este modo el cristianismo nos damos
cuenta que no es una simple religión, sino que va muchísimo más lejos. La
religión nos impone una ley y el cristianismo por el amor manifestado del Señor
Jesús, nos atrae con sus lazos de amor y ese amor nos impulsa a cumplir su
voluntad. El amor lo vence todo.
Amado Señor Jesús: te damos gracias por tu infinito amor para llevarnos a tus pies; el regalo perfecto de la salvación es la obra Tuya por cada uno de nosotros. Enséñanos a guardarla como la más preciada dádiva recibida en nuestra vida, desde el momento en que decidimos aceptarte como el Único y Suficiente Señor y Salvador. Tu bendita gracia jamás nos dejará. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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