Cada uno de ustedes recibió un don espiritual que debe ser utilizado para servir a los demás. Así serán buenos administradores del generoso amor que Dios les ha dado en tantas formas.
1 Pedro 4:10. PDT (Palabra de Dios para todos).
Lectura: 1 Pedro
4:7-11. Versículo del día: 1 Pedro 4:10.
MEDITACIÓN DIARIA
Seguimos hablando acerca
de los dones. Busqué la versión de ‘Palabra de Dios para todos’, porque me
pareció la más explicativa. El apóstol Pedro dice que el fin del mundo está
cerca y por consiguiente debemos ser sobrios y disciplinados. Dice que sobre
todo nos amemos profundamente porque el amor cubre todas las faltas. Y al
parecer, tal como están las cosas, puede ser que ya esté por acabar todo; sin
embargo, no lo sabemos; esto solo le incumbe a Dios. De todas maneras, sea que
el Señor regrese pronto o que tarde más, lo que es importante para nosotros
como cristianos es ser buenos administradores de lo entregado por Dios mismo.
Recordemos la parábola de los talentos; en otras versiones llamada de ‘las
monedas de oro’ o ‘de los tres siervos’. Igualmente, el mensaje es el mismo. Al
que se le dieron cinco mil monedas, las puso a producir y ganó otras cinco mil;
igual sucedió con el que tenía dos mil; ganó otras dos mil. Pero el siervo
flojo y perezoso, no hizo absolutamente nada fructífero con las mil monedas
entregadas. Cuando regresó el amo, premió a los dos siervos diligentes y
castigó al siervo que calificó de inútil y perezoso.
Todo cuanto poseemos aquí
en la tierra, es prestado; simplemente somos los administradores del reino de
Dios. Él nos va a pedir cuentas no solamente de lo material, sino también de lo
espiritual. Incluso, ¿cómo hemos administrado a los hijos? Ellos tampoco nos
pertenecen. Pero volvamos exactamente al versículo del día: ¿le estamos dando
el uso adecuado al don especial que recibimos? La generosidad de nuestro Padre,
no se hizo esperar, nos ha regalado lo mejor. ¿Lo vamos dirigiendo como buenos
mayordomos o lo vamos a defraudar? Es
importante reflexionar sobre lo entregado. Seamos buenos administradores de la
gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones.
Amado Dios: Tú
siempre has querido darnos lo mejor y exclusivo a cada uno de nosotros. Quizá
ni siquiera nos hemos percatado de ello, pero ahora, deseas que lo entendamos y
empecemos a cosechar el fruto esperado por Ti. Haznos buenos administradores de
todo cuanto nos has ofrecido. Tú Eres el Dueño y Amo de lo que tenemos.
Gracias, muchas gracias buen Dios y Señor nuestro, por la enseñanza recibida.
Un abrazo y bendiciones.
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