Los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos, atentos a sus oraciones.
Salmo 34:15. NVI.
Lectura: Salmo 34:9-22. Versículo del día: Salmo 34:15.
MEDITACIÓN DIARIA
En el tiempo de
la pandemia, nos hemos unido, diría yo, más que antes en oración porque nos han
pedido familiares o amigos que los tengamos en cuenta. Lo hermoso de todo es
que hemos visto el mover del Señor sanando a muchos; y a los que no, pues se
han ido y tenemos que aceptar la voluntad de Dios que, aunque no la entendamos
es buena, agradable y perfecta.
Este Salmo nos inspira
más a continuar, puesto que nos está afirmando en el versículo del día que sus
oídos están atentos a nuestras oraciones. Además de eso, miremos otros apartes
que nos dicen: “Los justos claman, y el Señor los oye; los libra de todas sus
angustias. El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de
espíritu abatido. Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará
de todas ellas” (vv. 17-19). El Señor oye, libra, salva, desencadena. No nos
cansemos de orar; es lo mejor que podemos hacer ante un enfermo o abatido. La
oración va directamente al trono de la gracia. Así pensemos: ‘ayer ya oré’; ‘el
Señor no es sordo’ y otras excusas más. Ante esto siempre he considerado ‘la
parábola de la viuda y el juez injusto’ (Lucas 18:1-8). Esta mujer insistía e
insistía hasta que por fin el juez le puso atención. El Señor dice: “¿Y no hará
Dios justicia a sus escogidos, que claman a Él día y noche? ¿Se tardará mucho
en responderles? Os digo que pronto les hará justicia” (Lucas 18: 7-8a). No
desmayemos, hay que insistir, persistir y no desistir.
Amado Señor:
gracias por estar atento a nuestras oraciones; gracias porque hemos visto tus
respuestas y sabemos de tu fidelidad para con los tuyos. Gracias porque tenemos
en nuestras manos la mejor arma para destruir al enemigo: la oración. Gracias
por escucharnos bendito Señor y Dios. ¡Te amamos!
Un abrazo y bendiciones.
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