Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.
Mateo 28:19-20. NVI.
Lectura: Mateo
28:16-20. Versículos del día: Mateo
28:19-20.
MEDITACIÓN DIARIA
He estado pensando que
nuestra propia vida es la primera empresa que debemos atender. Y teniendo en cuenta
esto, reflexioné para preguntarme: entonces, ¿cuál sería la misión de esta mi
empresa como cristiana? ¿Y cuál la visión?
Creo que la misión, está
más qué clara. De hecho, ese pasaje de los versículos del día, se llama la Gran
Comisión. Esa debería ser la misión para todos los que creemos en el Señor
Jesucristo. ¿Cuál sería la Visión? “Pero, cuando venga el Espíritu Santo sobre
ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda
Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8). Dios quiere
que seamos grandes visionarios. ¿Cómo lo haremos? Empecemos por casa,
familiares amigos y conocidos; sería entonces esta, nuestra Jerusalén, para
luego ir extendiéndonos hasta abarcar el mundo completo. ¿Difícil? En estos
tiempos actuales donde las comunicaciones son el orden del día, no lo es. Las
redes sociales pueden ser nuestras aliadas.
Busquemos la manera de
extender el reino de Dios aquí en la tierra. Pidámosle al Señor para que con la
ayuda del Espíritu Santo encontremos estrategias que nos lleven a lograr la
misión que tenemos como hijos de Dios y pongamos ¡manos a la obra!
Precioso Espíritu Santo:
ven con todo Tu fruto sobre nosotros; inúndanos de tu sabiduría, discernimiento
y poder para cumplir las metas establecidas en nuestra vida. Pon en cada uno el
querer como el hacer por Tu buena voluntad. Permite que cada día seamos
verdaderos testigos Tuyos compartiendo el mensaje de las Buenas Nuevas a tanto
necesitado. Gracias porque Tú estarás con nosotros e irás al lado
fortaleciéndonos y llenándonos de Tu paz y gozo por estar aportando más almas
para el reino de Dios. ¡Alabado seas por siempre Espíritu de Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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