Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar.
Jeremías 1:10. NVI.
Lectura: Jeremías
1:5-10. Versículo del día: Jeremías
1:10.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuántas veces nos vemos
ante circunstancias con nuestros hijitos u otro familiar, o con hermanos en la
fe, amigos o personas solamente conocidas, en las que al escuchar su
problemática nos damos cuenta que ese estado, no se puede arreglar ni con
médicos, psicólogos o terapeuta alguno. Cuando el Señor nos muestra a través de
su Santo Espíritu que el problema radica de forma espiritual; es hora de
empezar a interceder por esa situación lo antes posible.
Tomemos el texto y
démonos cuenta lo valioso que tenemos en nuestras manos. El Señor también nos
ha dado el poder de hacer obras mayores que las que Él hizo (Juan 14:12). Y si
aquí en su Palabra dice que Dios le dio ese poder a Jeremías, también nos lo ha
dado a nosotros. Así que podemos arrancar, derribar, destruir y demoler lo que
está haciendo daño y no deja continuar. Estás palabras son determinantes porque
destruimos y demolemos todo aquello que no sirve, lo que no se vuelve a usar. Dios es especialista en transformar a
las personas que llegan al arrepentimiento y que entran a formar parte de su reino.
Considero que esta es una manera de hacerlo: intercediendo por ellas para que
el maligno no siga deteniendo su crecimiento o su llegada a los pies del Señor.
Amado
Señor: en obediencia a Tu Palabra y entendiendo cómo se está moviendo el
adversario en diferentes campos y áreas de las personas, en tu
Nombre Señor rompo, destruyo, demuelo, derribo, arranco toda artimaña de
Satanás en estas vidas. Lucho contra toda fuerza espiritual que se esté
levantando en contra de ellos, sea en el campo físico, espiritual, material o
emocional. Saco toda avaricia, inmoralidad sexual, mentira, orgullo,
prepotencia, celos, envidias, contiendas, engaños, adulterio, amor al dinero,
desobediencia, ira, sarcasmo, idolatría, brujería, hechicería, robo, hurto,
cleptomanía, no pagar deudas, desorden, menosprecio, altivez, orgullo,
divisiones, críticas y miedos. Falta de perdonar y de pedir perdón. Adición al
trago, al cigarrillo, a otras drogas e indiferencia hacia Ti, glotonería,
desánimo y baja autoestima. Destruyo todo esto con el poder y la sangre del
Señor Jesucristo. En tu Nombre también levanto, construyo y planto en estas
vidas, vidas de arrepentimiento, sanas y fructíferas delante de Ti, haciendo tu
perfecta voluntad. ¡Gracias mi Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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