miércoles, 18 de agosto de 2021

Intercediendo por las vidas atrapadas en esclavitud

Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos, para arrancar y derribar, para destruir y demoler, para construir y plantar. 

Jeremías 1:10. NVI.


Lectura: Jeremías 1:5-10.  Versículo del día: Jeremías 1:10.


MEDITACIÓN DIARIA


Cuántas veces nos vemos ante circunstancias con nuestros hijitos u otro familiar, o con hermanos en la fe, amigos o personas solamente conocidas, en las que al escuchar su problemática nos damos cuenta que ese estado, no se puede arreglar ni con médicos, psicólogos o terapeuta alguno. Cuando el Señor nos muestra a través de su Santo Espíritu que el problema radica de forma espiritual; es hora de empezar a interceder por esa situación lo antes posible.

Tomemos el texto y démonos cuenta lo valioso que tenemos en nuestras manos. El Señor también nos ha dado el poder de hacer obras mayores que las que Él hizo (Juan 14:12). Y si aquí en su Palabra dice que Dios le dio ese poder a Jeremías, también nos lo ha dado a nosotros. Así que podemos arrancar, derribar, destruir y demoler lo que está haciendo daño y no deja continuar. Estás palabras son determinantes porque destruimos y demolemos todo aquello que no sirve, lo que  no se vuelve  a usar. Dios es especialista en transformar a las personas que llegan al arrepentimiento y que entran a formar parte de su reino. Considero que esta es una manera de hacerlo: intercediendo por ellas para que el maligno no siga deteniendo su crecimiento o su llegada a los pies del Señor.


Amado Señor: en obediencia a Tu Palabra y entendiendo cómo se está moviendo el adversario en diferentes campos y áreas de las personas, en tu Nombre Señor rompo, destruyo, demuelo, derribo, arranco toda artimaña de Satanás en estas vidas. Lucho contra toda fuerza espiritual que se esté levantando en contra de ellos, sea en el campo físico, espiritual, material o emocional. Saco toda avaricia, inmoralidad sexual, mentira, orgullo, prepotencia, celos, envidias, contiendas, engaños, adulterio, amor al dinero, desobediencia, ira, sarcasmo, idolatría, brujería, hechicería, robo, hurto, cleptomanía, no pagar deudas, desorden, menosprecio, altivez, orgullo, divisiones, críticas y miedos. Falta de perdonar y de pedir perdón. Adición al trago, al cigarrillo, a otras drogas e indiferencia hacia Ti, glotonería, desánimo y baja autoestima. Destruyo todo esto con el poder y la sangre del Señor Jesucristo. En tu Nombre también levanto, construyo y planto en estas vidas, vidas de arrepentimiento, sanas y fructíferas delante de Ti, haciendo tu perfecta voluntad. ¡Gracias mi Señor!

 

Un abrazo y bendiciones.

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