lunes, 9 de agosto de 2021

Señor, enséñanos a orar

Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos. 

Lucas 11:1. NVI.


Lectura: Lucas 11:1-10.  Versículo del día: Lucas 11:1.


MEDITACIÓN DIARIA


Siempre pensamos que nos sabemos todo y yo por lo menos, cuán equivocada estaba. Este devocional está basado en una enseñanza sobre la oración del Pastor Alex Sampedro. Si vamos a Mateo 6:5-15, el Señor nos dice que no debemos ser como los hipócritas. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Lo primero para tener presente es la sinceridad del corazón. No es para ser vistos, ni para decir palabras elocuentes. Dejemos la vana palabrería; no hay necesidad de repetir y repetir lo mismo. A veces es mejor la calidad que la cantidad. Entonces hay que ser auténticos. El Señor ya conoce todo lo nuestro, pero desea que se lo digamos y nosotros necesitamos sincerarnos completamente con Él. Recordemos la parábola del fariseo y el publicano. Ambos subieron al templo a orar; el fariseo lo hacía como para gloriarse él no para gloriar al Padre (Lucas 9:10-14)). No seamos como este fariseo. Hay que dejar desbordar el corazón, si es necesario llorar; pues llorar. Apártate a solas y ora a tu Padre en privado y Él te recompensará. Cuando tú quieres tener una conversación profunda con alguien, lo haces en un lugar íntimo, no delante de todos los que estén contigo. El Señor también desea esa privacidad. ¿Cómo te recompensará? Con amor, gozo, paz, bienestar, etc.  Dios sabe lo que necesitamos.

Continuemos con Mateo; el Señor nos dice que debemos orar así: exalta primero al Padre; hónrale con tus alabanzas y adoración. Dile: ‘Hágase tu voluntad’: muchas veces oramos más bien queriendo que se cumpla nuestra voluntad y no la de Dios. Ahora sí, pasa con tus peticiones: el pan de cada día dánoslo. Perdona nuestras ofensas, tengamos bien presente lo que sigue: “como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (Mateo 6:12b). ¡Sí que cuesta perdonar a los que nos hacen mal! He escuchado a personas que me dicen que ellas no oran esa parte porque no lo sienten y no quieren perdonar. Entonces, ¿cómo esperamos que Dios sí lo haga con nosotros? Por último, pidámosle al Señor que no nos deje caer en tentación y nos libre de todo mal.

Lo anterior fueron las pautas dadas por el mismo Señor Jesús. Es la mejor manera de orar; como conclusión creo que lo importante es orar. Así que ora como te parezca, pero ora y ora con sinceridad; Dios mira tu corazón. Y oremos sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17), en el día podemos hacerlo constantemente mientras ejercemos nuestros oficios cotidianos. Estoy convencida que será la manera de no entrar en tentación.


Papito Dios: gracias por enseñarnos a orar como debe ser. Gracias por entender el valor de la oración en nuestra vida de cristianos. Permite que pongamos en práctica esta instrucción dada por tu amado Hijo Jesús para dirigirnos a Ti. Tú Eres nuestro hermoso Papito y deseas lo mejor para nosotros. ¡Te Exaltamos y te damos gloria y honor!


Un abrazo y bendiciones.

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