Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos.
Lucas 11:1. NVI.
Lectura: Lucas 11:1-10. Versículo del día: Lucas 11:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Siempre pensamos que nos
sabemos todo y yo por lo menos, cuán equivocada estaba. Este devocional está
basado en una enseñanza sobre la oración del Pastor Alex Sampedro. Si vamos a
Mateo 6:5-15, el Señor nos dice que no debemos ser como los hipócritas. Les
aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Lo primero para tener presente
es la sinceridad del corazón. No es para ser vistos, ni para decir palabras elocuentes.
Dejemos la vana palabrería; no hay necesidad de repetir y repetir lo mismo. A
veces es mejor la calidad que la cantidad. Entonces hay que ser auténticos. El
Señor ya conoce todo lo nuestro, pero desea que se lo digamos y nosotros necesitamos
sincerarnos completamente con Él. Recordemos la parábola del fariseo y el
publicano. Ambos subieron al templo a orar; el fariseo lo hacía como para
gloriarse él no para gloriar al Padre (Lucas 9:10-14)). No seamos como este
fariseo. Hay que dejar desbordar el corazón, si es necesario llorar; pues
llorar. Apártate a solas y ora a tu Padre en privado y Él te recompensará. Cuando
tú quieres tener una conversación profunda con alguien, lo haces en un lugar íntimo,
no delante de todos los que estén contigo. El Señor también desea esa privacidad.
¿Cómo te recompensará? Con amor, gozo, paz, bienestar, etc. Dios sabe lo que necesitamos.
Continuemos con Mateo; el
Señor nos dice que debemos orar así: exalta primero al Padre; hónrale con tus
alabanzas y adoración. Dile: ‘Hágase tu voluntad’: muchas veces oramos más bien
queriendo que se cumpla nuestra voluntad y no la de Dios. Ahora sí, pasa con tus
peticiones: el pan de cada día dánoslo. Perdona nuestras ofensas, tengamos bien
presente lo que sigue: “como también nosotros hemos perdonado a nuestros
deudores” (Mateo 6:12b). ¡Sí que cuesta perdonar a los que nos hacen mal! He
escuchado a personas que me dicen que ellas no oran esa parte porque no lo
sienten y no quieren perdonar. Entonces, ¿cómo esperamos que Dios sí lo haga
con nosotros? Por último, pidámosle al Señor que no nos deje caer en tentación
y nos libre de todo mal.
Lo anterior fueron las
pautas dadas por el mismo Señor Jesús. Es la mejor manera de orar; como conclusión
creo que lo importante es orar. Así que ora como te parezca, pero ora y ora con
sinceridad; Dios mira tu corazón. Y oremos sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17), en
el día podemos hacerlo constantemente mientras ejercemos nuestros oficios
cotidianos. Estoy convencida que será la manera de no entrar en tentación.
Papito Dios:
gracias por enseñarnos a orar como debe ser. Gracias por entender el valor de
la oración en nuestra vida de cristianos. Permite que pongamos en práctica esta
instrucción dada por tu amado Hijo Jesús para dirigirnos a Ti. Tú Eres nuestro
hermoso Papito y deseas lo mejor para nosotros. ¡Te Exaltamos y te damos gloria
y honor!
Un abrazo y bendiciones.
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