¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en su lugar santo?
Salmo 24:3. NVI.
Lectura: Salmo
24:1-10. Versículo del día: Salmo 24:3.
MEDITACIÓN DIARIA
¿Quién puede subir al
monte del Señor? Dice el versículo siguiente: “Solo el de manos limpias y
corazón puro” (v. 4); el que siempre hace lo bueno, dice otra versión. En el
Antiguo Testamento, las obras tenían que ver mucho. Ahora, en el Nuevo, no nos
justifican las obras si no la fe en el Hijo de Dios. “Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por
obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9 RVR 1960). Como vemos, las
obras ya no cuentan para salvación. O sea, hacemos obras porque somos salvos no
hacemos obras para ser salvos.
Entonces, en cualquier
momento, a cualquier hora, en cualquier sitio podemos subir al monte del Señor
para hablar con Él, contarle nuestros asuntos, reírnos o llorar también. Ahora
no necesitamos de un templo hecho con manos laboriosas, nuestros cuerpos son su
templo. “Eleven, puertas, sus dinteles; levántense, puertas antiguas, que va a
entrar el Rey de la gloria” (v. 7). Después pregunta. ¿Quién es este Rey de la
gloria?” (v. 8), y responde: El Señor, el fuerte y valiente guerrero, el Señor
Todopoderoso” (v. 8). Nosotros los cristianos sabemos muy bien quién es el Rey
de la gloria. Es el que un día vino a morir por cada uno y llevó bajo su cuerpo
todo el peso de nuestra transgresión.
¿Te gustaría que el Rey
de la gloria venga a morar en tu corazón? ¡Vamos! Lo puedes hacer ahora si
nunca se lo has dicho:
Señor Jesús:
reconozco que Eres el Rey de la gloria y deseo que vengas a morar en mi vida.
Perdona mis pecados; lávame y límpiame con tu preciosa sangre. Señor, quiero
subir a tu monte santo para tener esa intimidad Contigo. Llévame de tu mano
Jesús; que mi cuerpo sea dedicado completamente para Ti y alabarte y adorarte
por siempre. ¡Muchas gracias buen Señor Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
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