Hay una estaca de veinticinco metros de altura, junto a la casa de Amán. Él mandó colocarla para Mardoqueo, el que intervino en favor del rey. —¡Cuélguenlo en ella! —ordenó el rey.
Ester 7:9b. NVI.
Lectura: Ester
7:1-10. Versículo del día: Ester 7:9.
MEDITACIÓN DIARIA
‘Nadie sabe para quién
termina el trabajo’. Al malo de Amán, le ocurrió el efecto Boomerang (acto de
hostilidad que perjudica a su autor). Así fue; la reina Ester en su último
banquete destapó a Amán y el rey lo mandó colgar en la misma estaca que Amán
había mandado hacer para matar a Mardoqueo.
Creo que es una buena
lección para aprender. Pues el mal que deseamos se puede revertir y con
consecuencias funestas. Miremos lo que nos dice la Palabra de Dios al respecto:
“El malvado trama el mal en su mente, y siempre anda provocando disensiones.
Por eso le sobrevendrá la ruina; ¡de repente será destruido, y no podrá
evitarlo!” (Proverbios 6:14-15). Amán, lo que menos se imaginaba era que del
banquete ofrecido por la reina Ester, él saldría derecho a la muerte. Cuando
fue invitado con muchas ínfulas le comentaba a su esposa, lo importante que era;
pues la reina también lo había tenido en cuenta para su banquete. Su orgullo,
su prepotencia, su maldad se deshicieron en un segundo. Dios no se queda con
nada guardado.
Amado Señor:
gracias porque tu Palabra es en verdad el Manual que nos has dejado como
instrucción para saber comportarnos a lo largo de nuestra vida. Permite que
recibamos esas enseñanzas humildemente y las pongamos en práctica. No dejes que
en nuestros corazones broten sentimientos de rabia, rencor, odio o envidia
hacia el prójimo. En vez de esto buen Señor, pon en cada uno efectos de
nobleza, perdón y amor. Gracias buen Dios y Señor nuestro.
Un abrazo y bendiciones.
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