lunes, 28 de junio de 2021

Nadie sabe para quién termina el trabajo

Hay una estaca de veinticinco metros de altura, junto a la casa de Amán. Él mandó colocarla para Mardoqueo, el que intervino en favor del rey. —¡Cuélguenlo en ella! —ordenó el rey. 

Ester 7:9b. NVI.


Lectura: Ester 7:1-10.  Versículo del día: Ester 7:9.


MEDITACIÓN DIARIA


‘Nadie sabe para quién termina el trabajo’. Al malo de Amán, le ocurrió el efecto Boomerang (acto de hostilidad que perjudica a su autor). Así fue; la reina Ester en su último banquete destapó a Amán y el rey lo mandó colgar en la misma estaca que Amán había mandado hacer para matar a Mardoqueo.

Creo que es una buena lección para aprender. Pues el mal que deseamos se puede revertir y con consecuencias funestas. Miremos lo que nos dice la Palabra de Dios al respecto: “El malvado trama el mal en su mente, y siempre anda provocando disensiones. Por eso le sobrevendrá la ruina; ¡de repente será destruido, y no podrá evitarlo!” (Proverbios 6:14-15). Amán, lo que menos se imaginaba era que del banquete ofrecido por la reina Ester, él saldría derecho a la muerte. Cuando fue invitado con muchas ínfulas le comentaba a su esposa, lo importante que era; pues la reina también lo había tenido en cuenta para su banquete. Su orgullo, su prepotencia, su maldad se deshicieron en un segundo. Dios no se queda con nada guardado.


Amado Señor: gracias porque tu Palabra es en verdad el Manual que nos has dejado como instrucción para saber comportarnos a lo largo de nuestra vida. Permite que recibamos esas enseñanzas humildemente y las pongamos en práctica. No dejes que en nuestros corazones broten sentimientos de rabia, rencor, odio o envidia hacia el prójimo. En vez de esto buen Señor, pon en cada uno efectos de nobleza, perdón y amor. Gracias buen Dios y Señor nuestro.


Un abrazo y bendiciones.

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