viernes, 18 de junio de 2021

El Señor SÍ nos escucha y responde

 El rey le preguntó: ¿Qué te pasa, reina Ester? ¿Cuál es tu petición? ¡Aun cuando fuera la mitad del reino, te lo concedería! 

Ester 5:3. NVI.


Lectura: Ester 5:1-8.  Versículo del día: Ester 5:3.


MEDITACIÓN DIARIA


Ester con todos los suyos estaba en ayuno, precisamente para que el rey aceptara hablar con ella y rogarle que tuviera compasión por su pueblo. Si el rey la aceptaba, extendería su cetro, de lo contrario, al acercarse al patio podía haber muerto si el rey no la hubiera tenido en cuenta. En resumen: vemos cómo Dios respondió a la reina Ester y con ella a todo el pueblo judío. Ester invitó al rey a un banquete ofrecido en su honor y le pidió que el malo de Amán fuese también (vv. 4-6). En el banquete el rey le preguntó de nuevo cuál era su petición y Ester le respondió: “Mi deseo y petición es que, si me he ganado el favor de Su Majestad, y si le agrada cumplir mi deseo y conceder mi petición, venga mañana con Amán al banquete que les voy a ofrecer, y entonces le daré la respuesta” (vv. 7- 8). La reina volvería a hacer otro banquete para el rey y ahí, sí le haría la petición.

Para mí, lo importante de la lectura es ver cómo el Señor SÍ nos responde cuando nos humillamos ante Él. Dios conoce nuestros corazones y está al tanto. Recordemos lo que le dijo al profeta Daniel cuando este abogó por su pueblo: “No tengas miedo, Daniel. Tu petición fue escuchada desde el primer día en que te propusiste ganar entendimiento y humillarte ante tu Dios” (Daniel 10:12). Esta es la confianza que tenemos como hijos de Papito Dios. No dudemos en acercarnos a Él con corazón sincero. ¡Dios nos escucha!


Amado Señor: gracias porque a través de Ester nos enseñas a confiar en Ti y a esperar. Bien sabemos Señor que tus planes son perfectos y que todo lo permites para cumplir tu santa voluntad en cada uno de nosotros. Gracias te doy Señor por la vida de mi hermano. Él está en tus manos. Gracias por lo que deseas enseñarnos a todos a través de toda esta situación. Dios de la gloria, no soy nadie para pedirte y también soy consciente que todos hemos pecado contra Ti y no hemos hecho lo que te agrada. Nos hemos rebelado contra Ti, pero Tú Señor Eres un Dios compasivo y perdonador. No apelamos a nuestra rectitud, sino a tu gran misericordia. ¡Señor, escúchanos! ¡Señor perdónanos! ¡Señor, atiéndenos y actúa! Dios mío, haz honor a tu Nombre y no tardes más. Gracias buen Dios y Señor nuestro.


Un abrazo y bendiciones.

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