Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y para poder entrar por las puertas de la ciudad.
Apocalipsis 22:14. NVI.
Lectura: Apocalipsis 22:10-15. Versículo del día: Apocalipsis 22:14.
MEDITACIÓN DIARIA
Lavar las ropas, no es
otra cosa que reconocer lo que el Señor Jesús vino a hacer por cada uno de
nosotros, al llevar sobre su cuerpo todo el peso de nuestras transgresiones. La
verdad, es fácil hacerlo; sin embargo, el enemigo siempre se mete para evitar
que las personas lleguen a los pies del Señor. Tenemos que entender que no
existe otro camino diferente para llegar al Padre: “Yo soy el camino, la verdad
y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6); “De
hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre
dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12); “Esta es
la palabra de fe que predicamos: que, si
confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo
levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para
ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (Romanos 10:8-10).
Estos tres pasajes de la Biblia nos pueden dar la explicación exacta sobre lo
que tenemos que hacer. Y de esta manera nuestras ropas serán lavadas y nuestros
nombres escritos en el Libro de la vida.
Amigo que me sigues y
lees mi devocional diario: mi deseo es que te encuentres con Jesús, el Amado. ¡decídete
hoy por Él! Si no sabes cómo hacerlo, te puedo dirigir con una oración. Oremos:
Señor Jesús: yo te
necesito; te abro la puerta de mi vida y te acepto como mi Único y suficiente
Señor y Salvador. Gracias por venir a morir en mi lugar. Perdona mis pecados y
hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por entrar en mi vida,
perdonarme, limpiarme y escribir mi nombre en el Libro de la vida. Muchas
gracias Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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