Si ahora te quedas absolutamente callada, de otra parte vendrán el alivio y la liberación para los judíos, pero tú y la familia de tu padre perecerán. ¡Quién sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como este!
Esther 4:14. NVI.
Lectura: Ester 4:1-17. Versículo
del día: Ester 4:14.
MEDITACIÓN DIARIA
Sucedió que Amán el
hombre de confianza del rey Asuero, furioso porque Mardoqueo no se arrodillaba
ante él y le rendía pleitesía, hizo que el rey expidiera un decreto para mandar
a todas las provincias, con la orden y el sello del anillo del rey para
exterminar, matar y aniquilar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, mujeres y
niños (Ester 3:1-15). “Cuando Mardoqueo se enteró de todo lo que se había
hecho, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto, se cubrió de ceniza y salió
por la ciudad dando gritos de amargura” (4:1). Cuando la reina Ester supo lo
que pasaba con su tío mandó a uno de sus criados a preguntarle por su actitud.
Mardoqueo le contó al criado todo cuanto había sucedido, le dio una copia del edicto
expedido y le mandó a decir que abogara ante el rey por su pueblo. Dentro de
las normas establecidas en Palacio, nadie podía acercarse al rey sin ser
invitado, puesto que esto era causa de pena de muerte. Así se lo mandó decir
Ester a su tío Mardoqueo. Mardoqueo respondió con palabras proféticas: “¡Quién
sabe si no has llegado al trono precisamente para un momento como este!”. Ester
respondió de la siguiente manera: “Ve y reúne a todos los judíos que están en
Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni
de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes.
Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra
de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!” (v. 16).
Tanto Mardoqueo como
Ester sabían muy bien de la importancia del ayuno en estos casos y no dudaron
en ponerlo en práctica. Se lanzaron al ruedo y como dijo la reina: “¡Y, si
perezco, que perezca!”. Decididamente hicieron lo que les correspondía y
dejaron en manos de Dios su petición. Considero que esa es la actitud que nos
corresponde tomar como cristianos, ante las dificultades que se nos presentan.
Con decisión y entereza enfrentar al enemigo. “El caballo se prepara para el
día de la batalla, pero la victoria pertenece al Señor” (Proverbios 21:31 NTV).
Amado Señor:
gracias por tu Palabra que siempre nos anima a continuar y a ser firmes en
nuestra fe. Permite que aprendamos a defender nuestros principios con valentía
y coraje como lo demostró Ester, sabiendo que Eres Tú, quien tienes el control
de todos los sucesos. Eres Poderoso, Misericordioso y estas listo para abogar
por los tuyos. Gracias buen Señor.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario