—¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive? No está aquí; ¡ha resucitado!
Lucas 24:5b-6).
Lectura: Lucas 24:1-12.
Versículos del día: Lucas 245b-6.
MEDITACIÓN DIARIA
La resurrección del Señor
Jesús es un hecho innegable; creo que es el acontecimiento más grande de la
Iglesia. Su tumba está vacía (Juan 20:1; Marcos 16:2-6); contrario a la tumba de
cualquier otro líder religioso. Y porque Él resucitó, nosotros también lo
haremos (1 Corintios 15:22). ¡Gloria a nuestro buen Señor! En verdad el Señor
Jesús pasó de la muerte a la vida. La resurrección significa también cambio,
transformación para cada uno de nosotros. Nuestro cuerpo natural se va transformando
en espiritual porque el último Adán (Jesús), nos transformó con su muerte, en
el Espíritu que da vida. ¡Jesús vive! Y vive en cada uno de nosotros. ¡Aleluya!
Teniendo en cuenta que
Jesús, sí se levantó de entre los muertos y que lo hizo con el fin de darnos
una nueva vida, entonces, dejémonos transformar completamente por Él. Ayer me
compartieron algo muy diciente y parafraseando, dice así: Que en esta Pascua de
Resurrección nuestras vidas pasen de tener soledad a tener amor; que nuestra oscuridad
se transforme en la luz resplandeciente que es Cristo; la tristeza cambie en
alegría y el miedo en seguridad. Demos estos pasos de victoria y demostremos
que hemos resucitado con Cristo nuestro Señor, porque Él vive.
Señor Jesús: no
hay palabras para descifrar todo lo que significa en nosotros tu bendita resurrección.
Gracias porque quisiste ponerte en nuestro lugar, no solamente cargando nuestro
pecado sino también para ofrecernos con tu resurrección, la gloriosa esperanza
de que igual lo haremos y desde aquí terrenalmente gozaremos de una vida
abundante Contigo. Gracias, muchas gracias mi Señor.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario