Judá e Israel, ¡no teman! Ustedes han sido entre las naciones objeto de maldición, pero yo los salvaré, y serán una bendición. ¡Cobren ánimo!
Zacarías 8:13. NVI.
Lectura: Zacarías 8:1-17. Versículo del día: Zacarías 8:13.
MEDITACIÓN DIARIA
La verdad, yo asimilo
esta profecía con el pueblo de Israel. Para nadie es desconocido que ellos no
son queridos y mucho menos entre los países del Oriente Medio. Y si pensamos en
Occidente, recordamos fácilmente lo hecho por Hitler a los judíos. “Así dice el
Señor Todopoderoso: Salvaré a mi pueblo de los países de oriente y de
occidente. Los haré volver para que vivan en Jerusalén; ellos serán mi pueblo y
yo seré su Dios, en la verdad y en la justicia” (vv. 7-8). Esta promesa dada y
saber que el siglo pasado se cumplió, cuando Israel volvió a ser nación,
después de dos mil quinientos años más o menos, es una de las verdades que me
hacen tener seguridad de que la Biblia SÍ es la Palabra de Dios y que lo profetizado
en ella se cumplirá al pie de la letra.
El Señor prometió la bendición
para Jerusalén y así sucedió. Supe por personas que han viajado allí, que
cuando fue el cumplimiento de esa profecía, al volver ellos a su tierra,
lloraron de alegría y reconocieron que el Señor jamás los había olvidado. Esto
se convierte en un desafío para todos aquellos que dudan de la inerrancia de la
Biblia.
Mi deseo es que el
Espíritu Santo te revele lo que es la verdad y Jesús de Nazaret es la verdad
(Juan 14:6). Jesús dijo que volvería y así lo hará. ¡Créelo!
Amado Señor: gracias
porque tu Palabra es verdad. Pongo delante de Ti a la persona que está leyendo
este devocional y ha sido escéptica a creer en tu Palabra. Precioso Espíritu
Santo, revélale Tú la Verdad y convéncelo de su error, para que vuelva los ojos
a Jesús nuestro Señor y en su corazón entienda que es necesario nacer de nuevo
con el Señor Jesucristo, para gozar de la vida eterna a su lado. Gracias buen
Dios y Señor. ¡Te amamos!
Un abrazo y bendiciones.
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