miércoles, 14 de abril de 2021

La fragante aroma de estar en tu Presencia adorándote

Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas. 

Apocalipsis 4:11. NVI.


Lectura: Apocalipsis 4:1-11.  Versículo del día: Apocalipsis 4:11.


MEDITACIÓN DIARIA


El Libro del Apocalipsis nos habla no solamente de tribulación, sino que también nos da una idea de cómo es el cielo y lo que haremos allá. Anterior al versículo del día, hay otro donde vemos lo siguiente: “Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir” (v. 8). Los seres vivientes de los que nos habla la lectura, no se cansan de loar al Señor. Esto me recuerda muy bien cuando mi mami murió: yo no podía dormir de pensar en dónde estaría ella y el Señor me regalo una hermosa visión: me encontraba terminando de subir una montaña similar como a la de Monserrate en Bogotá; quizá muchísimo más alta. Cuando estaba llegando, mi mami que ya estaba arriba, me estiró la mano para ayudarme en el último escaño y me preguntó: ‘¿por qué te demoraste tanto mamita?”. Yo le respondí como con evasivas y ya arriba, ella cogiéndome de la mano y trasladándome por diferentes sitios donde yo veía personas congregadas me dijo: ‘aquí en el cielo todos alabamos al Señor’. Me desperté en la más completa paz, donde me parecía que la habitación irradiaba una luz inusual y con un aroma de fragantes flores. Fue una experiencia inolvidable que más tarde se la conté al Pastor de una Iglesia y me dijo: ‘indudablemente tuviste una visión donde el Señor te mostró donde está tu mami’. Sí; desde ese día siempre he tenido la certeza de que ella está en el cielo y aguardando mi llegada también.  

Pero asimismo pienso: no esperemos a estar en nuestra próxima morada para alabar y adorar a nuestro Dios. Cuando aquí cantamos en el cielo se oye. “Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como él ha dicho: Viviré con ellos y caminaré entre ellos. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo” (2 Corintios 6:16). Es hermoso adorar al Señor; dejarse llevar en adoración a Él es sentir el grato perfume de su Presencia en nosotros. ¡Adorémosle! No nos cansemos de hacerlo.


Amado Señor: Tú Eres el Santo Dios, inigualable Rey de reyes y Señor de señores. Todo loor, toda honra y gloria sean para Ti. Toda tu creación canta las maravillas de tus manos; los cielos, el mar y todo cuanto en ellos existe, te alaban y bendicen tu Nombre. Bendito Señor, recibe nuestra adoración porque Eres el Único digno de recibirla. ¡Te adoramos Señor y Dios nuestro!


Un abrazo y bendiciones.

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