¡Pídanle al Señor que llueva en primavera! ¡Él es quien hace los nubarrones y envía los aguaceros! ¡Él es quien da a todo hombre la hierba del campo!
Zacarías 10:1. NVI.
Lectura: Zacarías
10:1-5. Versículo del día: Zacarías 10:1.
MEDITTACIÓN DIARIA
Miremos la importancia de
pedirle al Señor con fe; creyendo en el corazón que Él es Soberano y Poderoso: “Pidan,
y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el
que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre” (Mateo
7:7-8). Nuestro Dios, es el Único Dios que puede mover los tiempos e incluso
las horas retrasar (Josué 10:12-13). Así que, si a Él le place que llueva,
llueve; igual si es calor o nieve lo que permite. Elías oró para que no
lloviera y hubo sequía en la tierra; después oró por lluvia y lluvia cayó (1
Reyes 17:1 y 18:1). Pero también nos dice la Palabra de Dios lo siguiente: “Elías
era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no
lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. Volvió a orar,
y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos” (Santiago 5:17-18).
Teniendo en cuenta lo
anterior y viendo este mundo convulsionado por la pandemia, creo que es el
momento para que nos unamos en oración y le pidamos a nuestro buen Dios y Señor
que se apiade de la tierra y permita que haya sanidad en ella.
Amado Señor: nos
presentamos delante de Ti, primero que todo para pedirte perdón por nuestros pecados.
Venimos con corazón humilde y sincero para rogarte que permitas que este virus
sea completamente alejado de nuestro planeta. Te suplicamos buen Dios que
pongas tu mano sanadora en los cuerpos de tantas personas que ahora están al
borde de la muerte. Te pedimos clemencia para ellas. Perdona también la
indiferencia hacia Ti. Luchamos contra todo enemigo que se ha levantado para
matar a la humanidad. Señor, sabemos que solamente Tú puedes detener su mano
maligna y te rogamos que lo eches fuera, hacia el fondo del abismo para que no
haga más daño. Gracias bendito Señor; Reconocemos que Eres el Único capaz de
detener este mal, porque toda la tierra te pertenece, como te pertenecen los
cielos, los mares y todo cuanto existe. ¡Por eso confiamos en Ti! Gracias por
tu misericordia y benevolencia.
Un abrazo y bendiciones.
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