lunes, 26 de abril de 2021

¡Por eso Señor confiamos en Ti!

¡Pídanle al Señor que llueva en primavera! ¡Él es quien hace los nubarrones y envía los aguaceros! ¡Él es quien da a todo hombre la hierba del campo!

Zacarías 10:1. NVI.


Lectura: Zacarías 10:1-5.  Versículo del día: Zacarías 10:1.


MEDITTACIÓN DIARIA


Miremos la importancia de pedirle al Señor con fe; creyendo en el corazón que Él es Soberano y Poderoso: “Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre” (Mateo 7:7-8). Nuestro Dios, es el Único Dios que puede mover los tiempos e incluso las horas retrasar (Josué 10:12-13). Así que, si a Él le place que llueva, llueve; igual si es calor o nieve lo que permite. Elías oró para que no lloviera y hubo sequía en la tierra; después oró por lluvia y lluvia cayó (1 Reyes 17:1 y 18:1). Pero también nos dice la Palabra de Dios lo siguiente: “Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. Volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la tierra produjo sus frutos” (Santiago 5:17-18).

Teniendo en cuenta lo anterior y viendo este mundo convulsionado por la pandemia, creo que es el momento para que nos unamos en oración y le pidamos a nuestro buen Dios y Señor que se apiade de la tierra y permita que haya sanidad en ella.


Amado Señor: nos presentamos delante de Ti, primero que todo para pedirte perdón por nuestros pecados. Venimos con corazón humilde y sincero para rogarte que permitas que este virus sea completamente alejado de nuestro planeta. Te suplicamos buen Dios que pongas tu mano sanadora en los cuerpos de tantas personas que ahora están al borde de la muerte. Te pedimos clemencia para ellas. Perdona también la indiferencia hacia Ti. Luchamos contra todo enemigo que se ha levantado para matar a la humanidad. Señor, sabemos que solamente Tú puedes detener su mano maligna y te rogamos que lo eches fuera, hacia el fondo del abismo para que no haga más daño. Gracias bendito Señor; Reconocemos que Eres el Único capaz de detener este mal, porque toda la tierra te pertenece, como te pertenecen los cielos, los mares y todo cuanto existe. ¡Por eso confiamos en Ti! Gracias por tu misericordia y benevolencia.


Un abrazo y bendiciones.

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