lunes, 7 de diciembre de 2020

Gracias Señor Jesús por tu obra redentora

 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús. 

Romanos 8:1. NVI.


Lectura: Romanos 8:1-17. Versículo del día: Romanos 8:1.


MEDITACIÓN DIARIA


Este versículo nos afirma la seguridad de salvación. Estamos unidos a Cristo Jesús y el poder del Espíritu Santo nos controla y nos da vida, liberándonos también del poder del pecado (v. 2). Recordemos que al aceptar a Jesús en nuestras vidas entran también el Padre y el Espíritu Santo a morar en cada uno de nosotros. De hecho, es el Espíritu Santo quien va haciendo la obra regeneradora en la persona. La ley de Moisés no podía salvarnos; por eso Dios mandó a su propio Hijo y lo envió tan débil como lo somos nosotros. Lo envió para que muriera por nuestros pecados y de ese modo, su ofrenda sirvió para destruir el pecado. Dios declaró el fin del dominio que el pecado tenía sobre nosotros (vv. 3-4).

Tenemos que estar controlados por el Espíritu Santo para no estar dominados por la naturaleza pecaminosa; ya somos herederos de una vida eterna al lado de nuestro buen Jesús. Ahora que, como no estamos exentos de caer y pecamos, bien nos dice la Palabra de Dios lo siguiente: “Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad” (1 Juan 1:9). Nuestra relación con Dios después de recibir a Cristo en nuestro corazón tiene otro matiz. Ya le pertenecemos; ya somos de Él y el pecado no se enseñoreará de nosotros. ¡Gloria a Dios por Cristo el Señor!


Amado Señor Jesús: no tenemos palabras para agradecerte lo que hiciste por nosotros para liberarnos de las garras del pecado y obtener Contigo la salvación. Eres el Único Dios Inigualable y Misericordioso, pues nadie más ha muerto por las trasgresiones de otro. Nadie más puede decir que su tumba está vacía. Tú resucitaste para darnos vida eterna. Gracias, muchas gracias bendito Señor.


Un abrazo y bendiciones.

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