Según tu palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz. Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Lucas 2:29-32. NVI.
Lectura: Lucas 2:21-40.
Versículos del día: Lucas 2:29-32.
MEDITACIÓN DIARIA
Simeón, el hombre justo
que presenció la presentación del Niño Jesús en el templo, dio gracias a Dios
por permitirle no morir sin conocer a Cristo el Señor (vv. 25-26). Lleno del
Espíritu bendijo a Dios y sus palabras tienen relevancia para todas las
personas, porque definitivamente la única manera de irnos de este mundo en paz,
es habiendo conocido la salvación que nos fue dada a través de Jesús. Su
redención por los pecadores no hubiese sido, sin su nacimiento. ¡Gloria a Dios!
Jesús es la luz que
ilumina a las naciones y la luz que vino al mundo a resplandecer en las
tinieblas. La luz que tú puedes tener si aceptas que es el Hijo de Dios nacido
en un humilde pesebre, muerto por nuestros pecados y resucitado para darnos vida
juntamente con Él. Te invito a orar:
Señor Jesús:
ciertamente, como Simeón deseo conocerte y verte espiritualmente como mi Señor
y Salvador. Eres la luz que resplandece sobre el mundo y yo quiero ser parte de
esa luz Contigo. Perdona mis pecados y haz conmigo el propósito que tienes para
mí. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme una nueva vida a tu lado. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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