viernes, 25 de diciembre de 2020

Eso y mucho más es para ti Jesús

Porque nos ha nacido un niño, se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. 

Isaías 9:6. NVI.


Lectura: Isaías 9:1-7.  Versículo del día: Isaías 9:6.


MEDITACIÓN DIARIA


Todo aquel que acepta a Jesús de Nazaret como Señor y Salvador, pasa de la oscuridad a la luz. No solamente era una profecía para el pueblo de Israel. Los cristianos podemos dar fe que antes de Cristo en nuestras vidas había confusión, pesadez; había dolor, ansiedad, angustia. Después con el Señor una luz resplandece y es como si se quitara un velo de los ojos que no nos permitía ver bien (vv. 1-2). Jesús en su ministerio lo afirmó: Él es la luz del mundo y el que lo sigue no andará en tinieblas (Juan 8:12). Se nos dio un regalo con el nacimiento de Jesús. Dios Padre nos lo proveyó para librarnos del pecado a través de su sacrificio en la cruz del Calvario. ¡Tanto amor y no nos damos cuenta!

Jesús: el Rey de reyes y Señor de señores. El mundo entero tendrá que doblar sus rodillas ante Él y reconocerlo como Rey y Señor. Este Niñito nacido en Belén, también es nuestro Consejero admirable a Él podemos recurrir cuando estamos cansados y débiles porque su yugo es fácil y ligera su carga (Mateo 11:28-30). En la deidad de Cristo, en su unión con el Padre se convierte en Dios fuerte y Poderoso. Se le llamará Padre eterno. Desde el principio Él era el Verbo y todas las cosas fueron creadas por Él (Juan 1:1-4). Se le llamará Príncipe de paz: su paz no es como el mundo la da (Juan 14:27) y sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7).

¿Qué más podemos pedir? Dios Padre nos ha mandado a su Hijito para que todo el que crea en Él tenga vida eterna y tendremos todo lo que el profeta Isaías anunció aún desde quinientos años antes de su nacimiento. ¿Quieres conocer a Jesús, el niñito nacido en Belén? Te invito a orar conmigo:


Amado Jesús: gracias por venir al mundo y saber que lo hiciste por mí para darme todo lo que Eres y poder dirigirme a Ti a pedirte consejos, refugiarme en tus brazos y recibir tu paz. Te reconozco como mi Señor y Salvador personal. Eres mi Dios fuerte y Padre que me amaste desde la eternidad. Gracias, muchas gracias buen Jesús y Señor por darme tanto amor. ¡Alabo y exalto tu Nombre! ¡Gloria a Dios en las alturas!


Un abrazo y bendiciones.   

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