sábado, 31 de octubre de 2020

Temor reverente al Señor y no miedo al hombre

 

Ya que invocan como Padre al que juzga con imparcialidad las obras de cada uno, vivan con temor reverente mientras sean peregrinos en este mundo. 

1 Pedro 1:17. NVI.


Lectura: 1 Pedro 1:13-25.  Versículo del día: 1 Pedo 1:17.


MEDITACIÓN DIARIA


El versículo del día nos dice: ‘vivan con temor reverente’. Escuché hace unos días a un pastor que hablaba precisamente sobre el temor a Dios y me identifiqué plenamente con Él, porque tal pareciese que ahora le tememos más al hombre que a Dios. Dejamos de hacer infinidad de cosas, solamente porque tenemos miedo. Miedo a salir a la calle, miedo a recibir visitas, miedo a ir a determinados sitios, incluso miedo a la misma Iglesia. Es para mí, como si los papeles se hubieran invertido. Miedo a las personas sin siquiera mirarlas y a los alrededores habituales, mientras que nos olvidamos del temor reverente a Dios, quien es el Único dueño de nuestra vida y que nos da la confianza necesaria para vivir y seguir tal como lo dice el versículo: ‘mientras sean peregrinos’. Tenemos que aprender a actuar con inteligencia, con dominio propio y poniendo nuestra esperanza completamente en la salvación inmerecida que se nos ha dado. Esto es, sin dejar de mirar al perfeccionador de la fe: el Señor Jesucristo.

Si nos hemos olvidado de nuestros principios, ya es hora de volver a lo correcto: el temor al Señor es un temor reverente que a la vez nos vivifica y nos da paz. Si Dios está de nuestra parte ¿quién puede estar en contra? (Romanos 8:31). Recién comenzó este virus, cristianos y no cristianos publicaban el Salmo 91, pero podría decir que lo hicieron sin convicción alguna. Quizá creo, por un fetichismo y las cosas con Papá Dios no son de ese modo. Apliquemos la Palabra de Dios en nuestras vidas confiando plenamente en la gracia de Dios derramada.


Señor Jesús: perdónanos porque nos hemos dejado llevar solo por noticias que pregonan muerte, destrucción y miedos aterradores olvidándonos de Ti, quien Eres el principal objetivo. Queremos honrarte con temor reverente en cada paso que demos como peregrinos y no temerle al mundo. Tú dijiste ser Vida y lo creemos, afirmamos, proclamamos y compartimos. Nada ni nadie podrá separarnos de tu amor. Gracias por tu Palabra que es bendición para nuestras vidas. ¡Te amamos Señor!


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios:

Hazme entender que exclusivamente dependo de Ti

Señor, recuérdame lo breve que será mi tiempo sobre la tierra. Recuérdame que mis días están contados, ¡y cuán fugaz es mi vida! La vida que...