Me es grato darles a conocer las señales y maravillas que el Dios Altísimo ha realizado en mi favor. ¡Cuán grandes son sus señales! ¡Cuán portentosas son sus maravillas! ¡Su reino es un reino eterno! ¡Su soberanía permanece de generación en generación!
Daniel 4: 2-3. NVI.
Lectura: Daniel 4:1-18. Versículo del día: Daniel 4:2-3.
MEDITACIÓN DIARIA
Este reconocimiento del
rey Nabucodonosor hacia el Dios Altísimo, será sin duda alguna el que todos los
reyes de la tierra tendrán que darle al Señor reconociendo su Majestad, Gloria
y Poder (Salmo 138:4). En Nabucodonosor podemos apreciar primero lo que fue la
arrogancia y prepotencia de él como rey, para después voltear completamente su
corazón hacia Dios y dar la razón que no hay otro dios por encima de nuestro
Dios.
Creo que a muchos nos
puede pasar lo mismo cuando afrontamos situaciones difíciles y el Señor actúa
en nuestro favor. Tenemos entonces, que agachar la cabeza y declarar que por su
amor y bondad nos saca adelante; que actúa maravillosamente bien sanando
nuestro cuerpo, nuestro espíritu o sanando el área financiera. Él es experto en
lo imposible. Yo puedo dar fiel testimonio de ello. Nuestro buen Dios me ha
librado de las garras de la muerte en dos oportunidades. Como familia nos ha
librado de secuestro. Permitió que le ganáramos un pleito a una entidad
financiera en Colombia, para no perder lo único que nos quedaba en esa crisis.
No puedo más que reconocer que el Señor es Soberano y que a Él sea todo honor,
gloria y alabanza.
Así es, bendito
Dios y Señor nuestro: solamente Tú Eres digno de recibir toda adoración. Tú
Eres quien pones y quitas reyes; Tú exaltas al contrito y humillado y humillas
al exaltado. Eres Grande y Poderoso; fuera de Ti no existe nadie más. Tú y
solamente Tú Eres el Rey de reyes y el Señor de señores. Gracias por mirarnos
con tanto amor buen Dios. Gracias porque un día vamos a estar allá en el cielo
alabando tu Nombre. ¡La gloria es Tuya Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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