martes, 6 de octubre de 2020

Ser sensibles a la voz de Dios

Algunos días después llegó Félix con su esposa Drusila, que era judía. Mandó llamar a Pablo y lo escuchó hablar acerca de la fe en Cristo Jesús. 

Hechos 24:24. NVI.


Lectura: Hechos 24:1-27.  Versículo del día: Hechos 24:24.


MEDITACIÓN DIARIA


Pablo en Jerusalén compareció ante el Consejo y el comandante al saber que Pablo era ciudadano romano y que los judíos le iban a tender una emboscada, lo trasladó a Cesárea para que lo juzgara el gobernador Félix. El sumo sacerdote Ananías llegó a Cesárea para presentar las acusaciones contra Pablo, pero Félix que estaba bien informado sobre el Camino, suspendió la sesión.  Félix con su esposa Drusila que era judía quisieron escuchar a Pablo acerca de la fe en Cristo Jesús. Por algo el Señor le había revelado que fuera a Roma a dar testimonio de Él, así como lo había hecho en Jerusalén (Hechos 23:11). No sabemos si ellos se convirtieron al Señor, pero con certeza sabemos que la Palabra de Dios no regresa vacía (Isaías 55.11).

Simplemente tenemos que ser dóciles a la voz de Dios y obedecer cuando nos manda ir a tal o cual parte. Que no nos pase lo de Jonás que por no someterse y querer ir a Tarsis fue arrojado al mar donde un gran pez lo tragó y arrojó cerca de Nínive. A pesar de las circunstancias por adversas que sean, si se nos manda hablar, bien sea al presidente o al mendigo, nuestra obligación es hacerlo sin importar su clase ni tampoco nuestra condición.


Amado Señor: queremos ser testigos Tuyos y llevar tu mensaje de salvación a tantos que como Félix no te conocen. Danos tanto el discernimiento necesario como la sensibilidad a tu voz, para ir no en nuestras fuerzas sino en las de tu Santo Espíritu quien es el que convence y redarguye de pecado. ¡Gracias bendito Dios y Señor nuestro!


Un abrazo y bendiciones.

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