viernes, 30 de octubre de 2020

Si no queremos que nos juzguen, no juzguemos

Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. 

Romanos 2:1. NVI.


Lectura: Romanos 2:1-16.  Versículo del día: Romanos 2:1.


MEDITACIÓN DIARIA


Dura palabra es esta. Somos muy dados a juzgar; a sacar el dedo acusador. Dejarnos llevar por la crítica y el chisme nos parece fácil, sin darnos cuenta que caemos en lo mismo que juzgamos. “¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?” (v. 4). El amor de Dios es inagotable, pero despreciamos su paciencia y tolerancia. Tanta bondad es para guiarnos al arrepentimiento y que abandonemos el pecado.

Lo mejor es entender que no tenemos ninguna excusa para juzgar. En estos días escuché que un hombre ateo se refería a los cristianos diciendo que no entendía por qué se trataban tan mal entre ellos mismos; haciendo referencia a todo lo que se escribe en las redes sociales. Y es muy cierto. Parece que se practicara el dicho de: ‘al caído, caerle’, o que nos alegráramos por su caída. El Señor nos llamó a dar amor y amor incondicional. Pongamos en práctica el no seguir juzgando; dejémosle eso a Dios quien es el Único que puede hacerlo.

Como conclusión: si no queremos que nos juzguen, no juzguemos.


Amado Señor: gracias por lo que nos enseñas hoy en tu Palabra. Permite que aprendamos a tener la boca cerrada y no lanzar ninguna clase de atropellos hacia el prójimo, trátese de quien sea. Perdónanos por las veces que hemos juzgado a los demás. No nos dejes bendito Dios, llevar por la crítica y recuérdanos que también somos débiles y podemos pecar. ¡Te alabamos Señor!


Un abrazo y bendiciones.

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