Por tanto, no tienes excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas.
Romanos 2:1. NVI.
Lectura: Romanos 2:1-16. Versículo del día: Romanos 2:1.
MEDITACIÓN DIARIA
Dura palabra es esta.
Somos muy dados a juzgar; a sacar el dedo acusador. Dejarnos llevar por la crítica
y el chisme nos parece fácil, sin darnos cuenta que caemos en lo mismo que
juzgamos. “¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su
tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al
arrepentimiento?” (v. 4). El amor de Dios es inagotable, pero despreciamos su
paciencia y tolerancia. Tanta bondad es para guiarnos al arrepentimiento y que abandonemos
el pecado.
Lo mejor es entender que
no tenemos ninguna excusa para juzgar. En estos días escuché que un hombre ateo
se refería a los cristianos diciendo que no entendía por qué se trataban tan
mal entre ellos mismos; haciendo referencia a todo lo que se escribe en las
redes sociales. Y es muy cierto. Parece que se practicara el dicho de: ‘al caído,
caerle’, o que nos alegráramos por su caída. El Señor nos llamó a dar amor y
amor incondicional. Pongamos en práctica el no seguir juzgando; dejémosle eso a
Dios quien es el Único que puede hacerlo.
Como conclusión: si no
queremos que nos juzguen, no juzguemos.
Amado Señor:
gracias por lo que nos enseñas hoy en tu Palabra. Permite que aprendamos a
tener la boca cerrada y no lanzar ninguna clase de atropellos hacia el prójimo,
trátese de quien sea. Perdónanos por las veces que hemos juzgado a los demás. No
nos dejes bendito Dios, llevar por la crítica y recuérdanos que también somos
débiles y podemos pecar. ¡Te alabamos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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