Y es que ese hombre tiene una mente aguda, amplios conocimientos, e inteligencia y capacidad para interpretar sueños, explicar misterios y resolver problemas difíciles. Llame usted a ese hombre, y él le dirá lo que significa ese escrito. Se llama Daniel, aunque el padre de Su Majestad le puso por nombre Beltsasar.
Daniel 5:12. NVI.
Lectura: Daniel 5:1-31.
Versículo del día: Daniel 5:12.
MEDITACIÓN DIARIA
Esta fue la descripción
que hizo de Daniel, la esposa del rey Belsasar, hijo de Nabucodonosor, quien lo
sustituyó en el trono. Su referencia fue dada ya que estando en un gran banquete
ofrecido por el rey, en la pared aparecieron unas palabras que lo asustaron mucho
y ningún sabio de los de su reino pudo descifrarlas. Bien le interpretó Daniel
a Belsasar cada palabra, que según lo que significaban, el rey tendría un
límite para su reinado, porque no aprovechó la oportunidad que Dios le ofreció y,
por lo tanto, el reino se dividiría en dos: medos y persas. Esa misma noche el
rey Belsasar fue asesinado y Darío el persa, se apoderó del reino.
Dios sigue utilizando a
este hombre sabio e inteligente para advertir a reyes y principados durante su
cautiverio en Babilonia. Los eruditos en escatología incluso creen que las
revelaciones de Daniel también son dadas para estos tiempos. Yo por mi parte, en
mi humilde condición de ser únicamente una seguidora del Señor Jesús, solo
puedo decir que Dios utiliza a quien quiera y como quiera. Esta apreciación, me
ha hecho más prudente al oír críticas o ataques a ciertos predicadores que
desde sus puntos de vista y su fe, consideran que Dios les ha hablado de una
manera u otra para advertirle a su Iglesia sobre lo que ha de venir. Eso lo
dejo para que lo juzgue, el único que tiene ese derecho: nuestro mismo Señor.
Amado Jesús:
Solamente Tú sabes exactamente en qué tiempo estamos. Danos a nosotros, tus
seguidores, el seguir en nuestras actividades diarias con responsabilidad como
si tardaras en venir, pero con un corazón dispuesto para Ti en todo momento,
como si hoy mismo fuera tu regreso. Te doy gracias por tu Palabra que nos
enseña a ser diligentes, tolerantes y prudentes. ¡Bendito Eres buen Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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