Tan pronto como empezaste a orar, Dios contestó tu oración. He venido a decírtelo porque tú eres muy apreciado.
Daniel 9:23. NVI.
Lectura: Daniel
9:1-27. Versículo del día: Daniel 9:23.
MEDITACIÓN DIARIA
Daniel tuvo unos sueños que
lo dejaron muy intranquilo y con corazón sincero se refugió en la oración (vv.
3-20). No nos detendremos en los sueños porque son profecía y por lo menos para
mí, difícil de entender. Pero sí hay algo que me llama poderosamente la
atención y es saber que Dios está al tanto de nuestras oraciones. “Tan pronto
como empezaste a orar, Dios contestó tu oración”. Exactamente fue lo que le
dijo a Daniel el ángel Gabriel, quien fue el portador de aclararle lo
relacionado con sus sueños.
Estoy convencida que no
fueron palabras dadas solamente para Daniel sino para todos nosotros. El poder de
la oración es eficaz y aunque a veces creamos que Dios no nos escucha o no entendamos
por dónde Él nos está dirigiendo, estamos errados. Tanto tú como yo somos
preciados y le importamos a nuestro Papá más de lo que podemos imaginar. No nos
cansemos de orar. Por algo se nos manda hacerlo incesantemente (1
Tesalonicenses 5:17). Dios, sí responde.
Amado Señor: te
damos gracias porque a pesar de ser pecadores, Tú sigues siendo misericordioso
y fiel. Tú Eres un Dios compasivo y perdonador. Enséñanos a verte por encima de
toda circunstancia y a declarar siempre tu gran amor por los tuyos. Háblanos
Señor y abre nuestros oídos para escuchar tus palabras portadoras de bienestar, de acuerdo a los planes que nos tienes preparados. ¡Te adoramos bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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