Por eso, ahora voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le hablaré con ternura. Allí le devolveré sus viñedos, y convertiré el valle de la Desgracia en el paso de la Esperanza. Allí me corresponderá, como en los días de su juventud.
Oseas 2:14-15. NVI.
Lectura: Oseas 2:14-23. Versículos
del día: Oseas 2:14-15.
MEDITACIÓN DIARIA
Definitivamente, el Señor
nos habla de diferentes maneras en diferentes tiempos. Siempre me ha fascinado
el Libro de Oseas y mucho más desde que leí “Amor redentor” de Francine Rivers.
Les recomiendo que lean esa hermosa obra.
Oseas nos habla de la
restauración de Israel, como puede ser también la restauración tuya o mía. Nuestro
buen Dios tiene una manera tan especial de atraernos nuevamente a sus brazos
que su amor nos deja sin palabras. Y es que con el tiempo creemos que ya nos
las sabemos todas, y así no es. Pasamos por diferentes etapas de la vida,
debajo de puentes desiguales, tras el correr de aguas cristalinas unas, más
otras turbulentas. En ese tras correr, muchas veces sin saberlo, nos
encontramos aislados, temerosos, nostálgicos y por qué no decirlo, defraudados.
Entonces, nuestro saber teológico se viene abajo al igual que nuestra oración y
meditación.
Pero algo sucede como en
este caso. Nuestro Amado sabe hablarnos en momentos como ésos y es ahí donde su
amor aflora por doquier para hacernos saber cuánto nos ama y muy quedo nos
habla al oído: “Por eso, ahora voy a seducirla: me la llevaré al desierto y le
hablaré con ternura… Allí me corresponderá, como en los días de su juventud”. ¡Hermoso
mi Señor! Simplemente quiere que me vuelva a ese primer amor con Él, donde nada
ni nadie importaba sino solamente Él. Creo que es a eso que el Señor nos está llamando
hoy: ‘Vuelve a tu primer amor con Jesús’.
Amado mío: gracias
por venir a buscarme nuevamente. Por saber que, a pesar de mis infidelidades, Tú
sigues siendo el mismo. Tú me llamaste con amor y ternura y deseas volver a
tenerme como en mis años juveniles, cuando lo Eras todo para mí. Tanto amor de
tu parte no merezco. ¡Gracias mi buen Señor, Esposo mío!
Un abrazo y bendiciones.
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