Te libraré de tu propio pueblo y de los gentiles. Te envío a estos para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados.
Hechos 26:17-18. NVI.
Lectura: Hechos 26:1-32. Versículos del día: Hechos 26:17-18.
MEDITACIÓN DIARIA
Pablo ante el rey Agripa
haciendo su propia defensa y a la vez dando testimonio sobre su conversión al
Señor Jesucristo. Exactamente, le transmite las palabras del Señor para su
llamado a llevar el mensaje de salvación no solamente al pueblo judío sino
también a los gentiles.
Siempre doy gracias a
Dios por la vida de Pablo; por su denuedo y tenacidad para compartir. Por su
obediencia a Cristo para transmitirnos las Buenas Nuevas del Señor Jesús,
porque gracias a Él, ahora tanto tú como yo podemos ser parte del reino de los
cielos.
Y es que la vida de Pablo
se convierte para cada uno de los que conocemos al Señor en un desafío. Un
desafío para ir a los nuestros e incluso a los de más allá, igual que Pablo:
“Te envío a estos para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas
a la luz, y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban
el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados”. ¿Sí estamos
dispuestos a obedecer? El tiempo apremia y no es tiempo fácil; de hecho, es
demasiado difícil; el pecado sobreabunda. Pero está escrito que: “mientras más
pecaba la gente, más abundaba la gracia maravillosa de Dios” (Romanos 5:20 NTV).
No importa entonces, la agresividad del pecado porque el amor de Dios lo
supera. Así que, manos a la obra.
Amado Señor:
también somos un Pablo aquí en este tiempo; somos tus discípulos y te rogamos
que nos utilices en tu obra para que tantos ciegos espirituales abran los ojos
y encuentren la luz verdadera que Eres Tú, bendito Jesús. Gracias te damos
Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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