Ve a este pueblo y dile: ‘Por mucho que oigan, no entenderán; por mucho que vean, no percibirán’. Porque el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible; se les han embotado los oídos, y se les han cerrado los ojos. De lo contrario, verían con los ojos, oirían con los oídos, entenderían con el corazón y se convertirían, y yo los sanaría.
Hechos 28: 26-27. NVI.
Lectura: Hechos 28:11-31. Versículos del día: Hechos 28:26-27.
MEDITACION DIARIA
Pablo predica en Roma;
estaba alojado en un domicilio particular y desde allí custodiado por un
soldado expone su mensaje. Como en todo lado, unos creyeron más otros no. Ante
esto, les declara las palabras del profeta Isaías, diciéndoles: “Con razón el
Espíritu Santo les habló a sus antepasados por medio del profeta Isaías” (v.
25). Tal cual, sucede en este tiempo. Muchos oyen el mensaje, pero no creen. Se
han vuelto insensibles; por más que escuchen no entenderán y por más que miren,
no verán nada. Su conciencia está carcomida y solamente la obra del Espíritu
Santo en ellos puede hacerlos cambiar.
Pablo duró allí dos años
donde se dedicó completamente a hablar del reino de Dios y del Señor
Jesucristo. Seguimos notando el denuedo de Pablo para no dejar escapar ocasión;
siempre que podía enseñaba acerca de Jesús de Nazaret.
Señor Jesús: te
rogamos que seas Tú mismo abriendo los oídos y los ojos de los que escuchan el
mensaje de las Buenas Nuevas. Cambia el corazón endurecido que tienen y pon en
cada uno de ellos un corazón de carne dispuesto a escucharte y a ver tus
maravillas. Gracias bendito Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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