miércoles, 1 de abril de 2020

Dios espera por ti


Corrígeme, Señor, pero con justicia, y no según tu ira, pues me destruirías. 
Jeremías 10:24. NVI.

Lectura: Jeremías 10:23-25.  Versículo del día: Jeremías 10:24.

MEDITACIÓN DIARIA

Yo creo que el Señor vive corrigiéndonos diariamente porque nuestro testarudo corazón necesita que lo estén disciplinando. Quien diga que no, miente. El apóstol Juan en una de sus Cartas dice que todos somos pecadores y por consiguiente debemos confesar el pecado también. “Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad. Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si afirmamos que no hemos pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en nosotros” (1 Jua 1:8-10). Dios en su infinita misericordia siempre está esperando por el hombre pecador. Desde la caída de Adán la humanidad ha estado separada de Él; por eso se necesitó un Redentor que viniera a morir por nosotros y esa fue la misión de Jesús de Nazaret. Lo que el pueblo cristiano celebra a partir del próximo domingo: pasión, muerte y resurrección del Señor Jesucristo.
Si te arrepientes, Dios no te va a destruir; al revés habrá más gozo en el cielo porque lo has hecho. Mi consejo es que lo hagas. Recuerda al ladrón que al último momento le dijo al Señor en la cruz que se acordara de él cuando estuviera en su reino: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús” (Lucas 23:43). Así sea en el último momento de tu vida, hazlo; llegarás directamente a la presencia del Señor. Si ese es tu deseo podemos orar así:

Señor Jesús: reconozco que soy pecador y estoy arrepentido por ello. Creo que Eres el Hijo de Dios muerto y resucitado por mí y te acepto como mi suficiente Señor y Salvador. Por favor perdona mi pecado; toma mi vida y hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme una vida vitoriosa Contigo. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: