Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, les pedimos que no pierdan la cabeza ni se alarmen por ciertas profecías, ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: ¡Ya llegó el día del Señor! 2 Tesalonicenses 2:1-2. NVI.
Lectura: 2 Tesalonicenses
2:1-12. Versículo del día: 2
Tesalonicenses 2:1-2.
MEDITACIÓN DIARIA
Esta Palabra la podemos tomar
exactamente para estos tiempos, donde se han levantado por un lado y por otro falsos
profetas, incluso recurriendo supuestamente, a seres extraterrestres para
engañar a muchos y hacerles creer que vienen de parte del Señor. Estoy
convencida de que todo lo que Dios quería plasmar en su Palabra ya está escrito
y por lo tanto no necesitamos más mensajeros. “No se dejen engañar de ninguna
manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse
el hombre de maldad, el destructor por naturaleza” (v. 3). El hombre de maldad,
no puede ser otro que el anticristo. “El malvado vendrá, por obra de Satanás,
con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad
engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser
salvos” (vv. 9-10). Será muy fácil para los que no creyeron en la verdad ni la
amaron dejarse llevar por él. Personalmente creo, que ese: “haberse negado a
amar la verdad y así ser salvos”, se refiere al Señor Jesucristo. Recordemos
que Él dijo ser la Verdad (Juan 14:6), y si no se cree en esta Verdad, no se
puede ser salvo. Es así de sencillo. La Verdad que no necesita de nuevos mensajeros.
El mundo no está como
para pasar las cosas desapercibidamente; busquemos al Señor con corazón sincero;
pidámosle discernimiento al Espíritu Santo y gocémonos porque nosotros somos
privilegiados de conocer a nuestro Redentor y tenerlo en nuestras vidas.
Amado Señor Jesús:
te damos gracias por habernos buscado un día para que creyéramos en Ti que Eres
la Verdad absoluta. Gracias porque mientras estemos aquí en esta tierra, tu
Santo Espíritu nos acompañará hasta cuando sea tu nuevo regreso. ¡Alabado sea
por siempre tu Nombre!
Un abrazo y bendiciones.
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