viernes, 17 de abril de 2020

Lazos de unión en vez de látigos hirientes


Por eso, así dice el Señor: Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos. 
Jeremías 15:19. NVI.

Lectura: Jeremías 15:19-21.  Versículo del día: Jeremías 15:19.

MEDITACIÓN DIARIA

El Señor sabe hablarnos cuando estamos caídos y cuando como en esta situación, muchos están desesperados en sus casas no solamente por el encierro, sino porque la economía cae y sus trabajos están cerrados y quién sabe si se vuelvan a reactivar. Otros tantos han tenido que trabajar desde sus hogares, con los niños pequeños a su lado porque no hay guarderías, escuelas ni colegios y bueno, no es fácil. Hogares en los que solamente está la madre con sus pequeños y sin querer en una vuelta de mercado pudo contagiarse. No, de ninguna manera es fácil. Quizá hemos renegado, peleado con Dios, nos ha dolido tanto dolor y angustia ajena.
O tal vez, desde antes de empezar este caos, ya estabas buscando nuevos rumbos. Tu relación con el Señor se debilitaba y por ende todo lo tuyo se desvanecía. Quizá para ti, este tiempo ha sido al revés: un tiempo de reflexión, de reencontrarte nuevamente con tus seres queridos y desear volver a empezar. En ambas situaciones lo que el Señor nos dice hoy en su Palabra es: “Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme”. Así es. Llegó el tiempo para dejar a un lado nuestras cargas; o mejor para entregarlas al que le es fácil llevarlas. Llegó el tiempo de decir: ‘perdón buen Dios; perdón por dudar de Ti. Perdón porque te olvidé y me alejé’. El Señor quiere usarnos y así no lo entendamos, ese es parte de su plan en nuestras vidas. Ya dejemos de hablar sandeces y derrotas. No creamos todo lo que nos dicen. Que nuestro testimonio sirva para que otros lleguen al Señor y no, nosotros volvernos hacia ellos.

Señor Jesús: gracias por tu Palabra. Te pedimos perdón porque aun viendo tu amor y misericordia, nos alejamos de Ti y te damos la espalda. Queremos ser instrumentos en tu mano poderosa. Utilízanos en circunstancias como ésta, en donde hay tanto dolor y angustia en los corazones. Gracias porque Tú cuidas a los tuyos. Permite que haya lazos de unión en vez de látigos hirientes en los hogares donde Tú has reinado. Agradecemos tu bondad y tu misericordia buen Señor.

Un abrazo y bendiciones.

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