Por eso, así dice el Señor: Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás servirme. Si evitas hablar en vano, y hablas lo que en verdad vale, tú serás mi portavoz. Que ellos se vuelvan hacia ti, pero tú no te vuelvas hacia ellos.
Jeremías 15:19. NVI.
Lectura: Jeremías
15:19-21. Versículo del día: Jeremías
15:19.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor sabe hablarnos
cuando estamos caídos y cuando como en esta situación, muchos están
desesperados en sus casas no solamente por el encierro, sino porque la economía
cae y sus trabajos están cerrados y quién sabe si se vuelvan a reactivar. Otros
tantos han tenido que trabajar desde sus hogares, con los niños pequeños a su
lado porque no hay guarderías, escuelas ni colegios y bueno, no es fácil. Hogares
en los que solamente está la madre con sus pequeños y sin querer en una vuelta
de mercado pudo contagiarse. No, de ninguna manera es fácil. Quizá hemos renegado,
peleado con Dios, nos ha dolido tanto dolor y angustia ajena.
O tal vez, desde antes de
empezar este caos, ya estabas buscando nuevos rumbos. Tu relación con el Señor
se debilitaba y por ende todo lo tuyo se desvanecía. Quizá para ti, este tiempo
ha sido al revés: un tiempo de reflexión, de reencontrarte nuevamente con tus
seres queridos y desear volver a empezar. En ambas situaciones lo que el Señor
nos dice hoy en su Palabra es: “Si te arrepientes, yo te restauraré y podrás
servirme”. Así es. Llegó el tiempo para dejar a un lado nuestras cargas; o
mejor para entregarlas al que le es fácil llevarlas. Llegó el tiempo de decir: ‘perdón
buen Dios; perdón por dudar de Ti. Perdón porque te olvidé y me alejé’. El
Señor quiere usarnos y así no lo entendamos, ese es parte de su plan en
nuestras vidas. Ya dejemos de hablar sandeces y derrotas. No creamos todo lo
que nos dicen. Que nuestro testimonio sirva para que otros lleguen al Señor y
no, nosotros volvernos hacia ellos.
Señor Jesús:
gracias por tu Palabra. Te pedimos perdón porque aun viendo tu amor y
misericordia, nos alejamos de Ti y te damos la espalda. Queremos ser
instrumentos en tu mano poderosa. Utilízanos en circunstancias como ésta, en
donde hay tanto dolor y angustia en los corazones. Gracias porque Tú cuidas a
los tuyos. Permite que haya lazos de unión en vez de látigos hirientes en los
hogares donde Tú has reinado. Agradecemos tu bondad y tu misericordia buen
Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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