Pero les digo la verdad: Les conviene que me vaya porque, si no lo hago, el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo enviaré a ustedes.
Juan 16:7. NVI.
Lectura: Juan
16:1-16. Versículo del día: Juan 16:7.
MEDITACIÓN DIARIA
Así sucedió: el Señor fue
ascendido al cielo (Hechos 1:9), y el Espíritu Santo se manifestó en
Pentecostés a todos los que creían en Jesús y estaban reunidos (Hechos 2:2-4)),
y lo sigue haciendo todavía. Él es el Único que puede convencer a las personas
de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al juicio. Nos dice
claramente: “en cuanto al pecado, porque no creen en mí; en cuanto a la
justicia, porque voy al Padre y ustedes ya no podrán verme; y en cuanto al
juicio, porque el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado” (vv. 9-11 en la
lectura).
Muy importante tener en
cuenta que el que no cree en el Señor Jesucristo es declarado pecador. Es que
el pecado no es más que un estado de indiferencia del hombre hacia Dios que lo
tiene alejado de Él. Por esto, Dios mandó precisamente a su Hijo Jesús para que
muriera en nuestro lugar y se pudiera restablecer la relación entre Dios y el
hombre. Jesucristo, es el trampolín que nos lleva nuevamente al Padre. Así que
es el bendito Espíritu de Dios, el que nos redarguye de pecado y el que en
últimas nos lleva a los pies de Jesús. Cuando reconocemos que somos pecadores y
que el único camino para llegar a Dios Padre es el Señor Jesús, lo estamos
reconociendo como nuestro propio Señor y Salvador. Por eso, ahora te invito a que
le digas a Jesús que tome tu vida. Oremos:
Señor Jesucristo:
te doy gracias porque hoy entiendo que Eres Tú mismo revelándote a mí a través
de tu Santo Espíritu. Ven a mi vida; te acepto como mi Señor y Salvador y te
entrego todo mi ser. Hazme la persona que deseas que yo sea. Gracias Señor por
perdonar mis pecados y limpiarme de toda iniquidad. Gracias precioso Espíritu
porque Tú me guiarás hacia lo que no entiendo, con Tu verdad.
Un abrazo y bendiciones.
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