¡No hay nadie como tú, Señor! ¡Grande eres tú, y grande y poderoso es tu nombre! ¿Quién no te temerá, Rey de las naciones? ¡Es lo que te corresponde! Entre todos los sabios de las naciones, y entre todos los reinos, no hay nadie como tú.
Jeremías 10:6-7. NVI.
Lectura: Jeremías 10:1-16. Versículos del día: Jeremías 10:6-7.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor le habla al
pueblo de Israel por intermedio del profeta Jeremías acerca de los ídolos diciéndoles:
“No aprendan ustedes la conducta de las naciones, ni se aterroricen ante las
señales del cielo, aunque las naciones les tengan miedo” (v. 2). Muchos dirán
que no estamos en el Antiguo Testamento y así es; pero ahora somos su pueblo
adquirido, su nación santa; por lo tanto, nos corresponde escuchar también sus
advertencias porque, además fácilmente caemos en la idolatría. Bien el profeta hace
la descripción de cómo el escultor corta un tronco, lo labra y adorna con oro y
plata; lo afirma con clavos y cincel para que no se tambalee y supuestamente ya
está. Estos ídolos no pueden hablar, aunque tengan boca, ni caminar, aunque
tengan píes. Estos ídolos son obra de artesanos (vv. 3-5 y 9). “Pero el Señor
es el Dios verdadero, el Dios viviente, el Rey eterno. Cuando se enoja, tiembla
la tierra; las naciones no pueden soportar su ira” (v. 10). Por eso le enfatiza
al pueblo: “Así les dirás: Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra
desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo” (v. 11). Cabe preguntarnos:
entonces, ¿por qué se le rinde culto a tanta imagen creada con manos humanas? El
único Digno, Grande y Poderoso y a quien le corresponde toda adoración es al
Señor; al Rey de las naciones, al Dios Sapientísimo.
Si nos ubicamos en
nuestro tiempo actual, aunque para algunos existen los ídolos expuestos, son
muchos los que en su cotidianidad han hecho ídolos. Cabe destacar el carro, la vivienda,
los lujos, el mismo trabajo, e incluso de los hijos o cónyuge. Definitivamente
todo lo que esté por encima de Dios, se convierte en ídolo. Precisamente, la
situación que mundialmente estamos viviendo nos hace reflexionar y pensar, pero
qué de abolengos, de riqueza, de títulos, de carros y lujos desmedidos. Creo
que Dios ha hecho temblar la tierra para que el ser humano se dé cuenta de que
en este momento todos estamos en igualdad de condiciones y nada, absolutamente
nada de lo que creíamos nuestro y lo teníamos por encima de nuestros intereses
nos sirve para que este virus mortal no nos toque. El Único que nos puede
salvar es el Dios Grande y Poderoso, creador de cielos y de tierra, y es a Él a
quien debemos buscar y exaltar.
¡Así es buen Señor!
Solamente Tú Eres digno de recibir toda adoración y alabanza. Ningún ídolo fabricado
con obras humanas puede asemejarse a Ti que Eres el Rey del universo y Dueño de
todo cuanto existe, incluyendo nuestras vidas. Por eso hoy reconociéndote como
nuestro Dios y Señor, te entregamos todo nuestro ser, para que seas Tú mismo cubriéndonos
con tu preciosa sangre y guardándonos de todo mal. Te damos las gracias porque a
través de esta situación nos has permitido buscarte y adorarte como lo mereces.
¡Te amamos Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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