Nuestros ojos se inundarán de lágrimas, y brotará de nuestros párpados el llanto.
Jeremías 9:18. NVI.
Lectura: Jeremías
9:17-26. Versículo del día: Jeremías 9:18.
MEDITACIÓN DIARIA
Terminando de leer este
capítulo de Jeremías, no pude dejar de relacionarlo con lo que estamos viviendo
actualmente. Imposible dejar a un lado los mensajes de las redes sociales donde
nos hablan especialmente de Italia y España. Muy duro; y es exactamente lo que
nos dice la Escritura: “La muerte se ha metido por nuestras ventanas, ha
entrado en nuestros palacios”; “Yacen tendidos los cadáveres como estiércol
sobre los campos como gavillas que caen tras el segador, sin que nadie las
recoja, afirma el Señor” (vv. 21a y 22). También que esto nos sirva de ejemplo
para que atendamos el llamado a cuidarnos y a recogernos en nuestros hogares.
Definitivamente, yo sigo
insistiendo a través de mis devocionales, que el Señor busca al hombre porque
no desea que nadie se pierda, Él quiere que todos se salven y lleguen al
conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4). ¿De qué nos sirve en estos momentos
riquezas, abolengos, títulos? Absolutamente de nada por eso nos dice la
lectura: “Así dice el Señor: Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el
poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien ha de gloriarse, que
se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la
tierra con amor, con derecho y justicia pues es lo que a mí me agrada —afirma
el Señor—”. (v. 23-24).
¡Oh Soberano Dios
y Señor! Permite que el hombre llegue a conocerte y a entender que Eres el Dios
Todopoderoso. Señor, bien sabemos de tu amor por la humanidad y de tu infinita misericordia.
Perdona el pecado de nuestra tierra y haz que los ojos de todo ser humano
vuelvan a Ti. No solamente te pedimos por la sanidad del mundo sino también por
su salvación. ¡Escucha nuestra plegaria bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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