Por tanto, hagan morir todo lo que es propio de la naturaleza terrenal: inmoralidad sexual, impureza, bajas pasiones, malos deseos y avaricia, la cual es idolatría.
Colosenses 3:5.
Lectura: Colosenses 3:1-17. Versículo del día: Colosenses 3:5.
MEDITACIÓN DIARIA
El apóstol Pablo aquí nos
da unas normas que debemos cumplir como cristianos que somos. Además de
alejarnos de todo lo que viene de la naturaleza pecaminosa, nos recomienda: “abandonen
también todo esto: enojo, ira, malicia, calumnia y lenguaje obsceno. Dejen de
mentirse unos a otros, ahora que se han quitado el ropaje de la vieja
naturaleza con sus vicios, y se han puesto el de la nueva naturaleza, que se va
renovando en conocimiento a imagen de su creador” (vv. 8-10).
Dejando todo lo que nos
hace daño atrás, entonces: “como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse
de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que
se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro” (vv.
12-13). Y nos afirma bien claro, lo que en verdad es el Evangelio del Señor: “Por
encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto” (v. 14). Sí; definitivamente
es el amor el eje central de nuestra vida cristiana; sin él no somos nada, ni
cristianamente valemos nada. Recordemos que fue el nuevo mandato dejado por el
Señor Jesús. Todas nuestras acciones deben moverse a través del amor. Que el
Señor permita que aprendamos a dejar todo resentimiento y nos desplacemos
solamente en un círculo lleno de amor.
Señor Jesús: te
pedimos perdón porque somos débiles y nos dejamos llevar por los deseos de la
carne; porque igual se nos olvida la grandeza del amor tuyo y nos cuesta perdonar
y ser tolerantes con nuestro prójimo. Señor, enséñanos a dar el mismo amor que Tú
nos diste. Permite que el amor sea el verdadero testimonio que nos identifique
como seguidores tuyos. Gracias por escuchar nuestra oración. ¡Alabamos y
bendecimos tu Nombre!
Un abrazo y bendiciones.
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