—No tengas miedo, María; Dios te ha concedido su favor —le dijo el ángel—. Quedarás encinta y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús.
Lucas 1:30-31. NVI.
Lectura: Lucas
1:26-38. Versículos del día: Lucas
1:30-31.
MEDITACIÓN DIARIA
Siempre he reflexionado
sobre esta joven María y he llegado a la conclusión que ella, la bendita virgen
María debió ser una mujer excepcional para que Dios hubiera puesto los ojos sobre
esta doncella. No creo que para María haya sido fácil asumir este reto; recordemos
que en ese tiempo la mujer que fuera encontrada en embarazo sin haberse casado
era lapidada. Por esto, José pensó en dejarla secretamente, pero Dios teniendo
en cuenta estas circunstancias permitió que el ángel del Señor se le apareciera
en sueños a decirle: “José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa,
porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le
pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” (Mateo
1: 20:21). Sin embargo, la respuesta de María es de admirar: “—Aquí tienes a la
sierva del Señor —contestó María—. Que él haga conmigo como me has dicho” (v.
38 en la lectura).
Tal como estaba
profetizado sucedió (v. 23), y María se convirtió en la primera persona en
recibir en su corazón sin ningún temor ni prejuicio al Señor Jesús. Jesús nació
para salvarte y al igual que María desea que le abras la puerta de tu vida para
Él entrar y morar contigo. ¿Deseas hacerlo? Te invito a orar:
Señor Jesús: igual
que María, con sencillez y humildad te abro mi corazón y te recibo como mi
Señor y Salvador. Gracias porque viniste a perdonarme y salvarme y soy
consiente de ello. Toma el control del trono de mi vida y hazme la persona que
deseas que yo sea. ¡Te alabo y te adoro bendito Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
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