Aun en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice, y cuidaré de ustedes; los sostendré y los libraré.
Isaías 46:4. NVI.
Lectura: Isaías 46:1-10. Versículo del día: Isaías 46:4.
MEDITACIÓN DIARIA
Esta linda promesa es
para todos nosotros. Desde siempre el Señor ha estado cuidándonos. En la niñez,
en la juventud, en la adultez y continuará haciéndolo en los años dorados. “Antes
de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te
había apartado” (Jeremías 1:5). Nuestro Dios no cambia porque su amor es
inmutable; es el mismo ayer, hoy y por los siglos. El que nos hizo, nos sostiene
y nos da libertad.
Entonces, es
reconfortante saber que tenemos un Dios que no es producto de manos humanas;
nuestro Dios es real y verdadero. Él nos lo confirma: “yo soy Dios, y no hay
ningún otro, yo soy Dios, y no hay nadie igual a mí” (v. 9). Nadie, nadie es
igual a nuestro Dios y Señor. Siempre tendremos algún testimonio para compartir
empezando por nuestras propias vidas. Pueden pasar los años, pero el amor y
misericordia del Señor siguen intactos. Es gratificante saber que está a
nuestro lado sosteniéndonos y amándonos igual. A pesar de los años estás ahí.
Amado Señor:
gracias por guardarnos; por levantarnos cuando estamos caídos; por sanar
nuestras heridas cuando hemos sido lastimados; por perdonarnos y retomarnos
nuevamente en tu redil. Sí mi Dios; puedo dar testimonio de tu cuidado. Tú
siempre sales adelante para resguardarnos y si caemos, tomarnos de tu mano para
si es necesario arrullarnos, abrazarnos y envolvernos en tu dulce amor. Muchas,
muchas gracias buen Señor.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario