Porque han visto mis ojos tu salvación, que has preparado a la vista de todos los pueblos: luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.
Lucas 2:30-32. NVI.
Lectura: Lucas
2:21-40. Versículos del día: Lucas
2:30-32.
MEDITACIÓN DIARIA
Estas son palabras de
Simeón, un hombre devoto y justo que se encontraba en el templo cuando María y
José llevaron al Niño para presentarlo al Señor. A él se le había anunciado que
no moriría sin antes ver al Cristo del Señor. Por eso expresó: “Según tu
palabra, Soberano Señor, ya puedes despedir a tu siervo en paz” (v. 29). No
solo fue para él lo revelado, sino que también: “le dijo a María, la madre de
Jesús: Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos
en Israel, y a crear mucha oposición, a fin de que se manifiesten las
intenciones de muchos corazones. En cuanto a ti, una espada te atravesará el
alma” (vv. 34-35).
Así sucedió: muchos creyeron
en el Señor como Salvador, pero otros se opusieron al mensaje de las Buenas
Nuevas, y a María, lógicamente una espada le atravesó el alma. Creo que todas
las madres sufrimos al ver el dolor en uno de nuestros hijitos, y María no fue
la excepción. En la última película de ‘Jesús de Nazaret’, se vislumbra perfectamente
el dolor de María cada vez que azotaban al Señor o cuando le colocaron la
corona de espinas, o lo clavaron de manos y pies en ese madero.
Simeón tuvo la dicha de
poder conocer y ver al propio Mesías antes de marchar con el Señor; pero tú, ¿consigues
decir con firmeza y franqueza que puedes morir en paz porque tus ojos
espirituales ya vieron la gloria del Señor reflejada en tu vida? (vv. 33-34).
Jesús también desea cautivarte y guiarte por la senda correcta. No te
desanimes, Dios puede hacerlo todo nuevo y obrar un milagro en tu vida. Oremos:
Amado Señor Jesús:
gracias por perdonarme, limpiarme y permitirme conocerte antes de morir. Deseo empezar
a vivir plenamente Contigo desde esta vida y tener la certeza de que me
recibirás en tu gloria, cuando bien tengas llevarme, para estar por siempre a
tu lado por toda la eternidad. ¡Te alabo y honro tu Nombre bendito Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario