martes, 31 de diciembre de 2019

Los tiempos son del Señor. Nos queda agradecerle por los ya vividos

Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 
Eclesiastés 3:1. RVR 1960.

Lectura: Eclesiastés 3:1-8.  Versículo del día: Eclesiastés 3:1.

MEDITACIÓN DIARIA

Quizá nos estamos preguntando: ¿qué hicimos en el año que termina? Tal vez, muchos proyectos e intenciones del corazón se nos quedaron en el tintero. De una cosa podemos estar seguros: Dios tiene en sus manos todos nuestros tiempos. Así es: “Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos” (Salmo 31:14-15). Esa es la clave: confiar en el Señor y dejar que Él nos dirija por la senda correcta con los proyectos que sean de su voluntad. Que el mismo Señor y Dios ponga en cada uno de nosotros tanto el querer como el hacer.
Los tiempos son del Señor. Por ahora, entonces, tengamos un momento de gratitud con nuestro Dios, por los ya vividos. Oremos:

Gracias Señor porque nos permitiste vivir un año más; gracias por los días de sol y por los nublados o con lluvias torrenciales también; por las tardes tranquilas y las noches tristes. Gracias porque nos diste salud para gozar y porque en medio de la enfermedad encontramos tu mano prodigiosa levantándonos. Porque muchas veces sentimos desfallecer, pero Tú fuiste nuestro sustento. Gracias por las manos amigas que permitiste que encontráramos; por las que nos llenaron con su risa, con su enseñanza o con un saludo cariñoso. Gracias por el amor, por lo hermoso y por todo lo dulce que hay al caminar en medio de las flores y la fauna. Gracias por las noches inspiradoras de una luna resplandeciente en medio de un cielo sosegado y con estrellas. Gracias por la sonrisa tierna de los niños, en especial los míos. Gracias por mi familia, la que está tan cerca pero también por la que desde lejos me envía su amor y apoyo siempre. Gracias, muchas gracias mi Señor. Mi vida está en tus manos.

Un abrazo y bendiciones.

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