No me atreveré a hablar de nada sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí.
Romanos 15:18. NVI.
Lectura: Romanos 15:14-22. Versículo del día: Romanos
15:18.
MEDITACIÓN DIARIA
Personalmente, cada vez que tenga la oportunidad de
hablar y contar lo que el Señor ha hecho conmigo, lo haré. “Yo tengo el deber
sacerdotal de proclamar el evangelio de Dios” (v. 16b). El testimonio personal
es clave de compartir porque así va creciendo nuestra fe y a la vez se está glorificando
al Señor. “Por tanto, mi servicio a Dios es para mí motivo de orgullo en Cristo
Jesús” (v. 17). De alguna manera, si en verdad conocimos a Jesús como Señor y
Salvador de nuestras vidas somos paulinos; entonces, sigamos su ejemplo
y propongámonos a dejar la semilla del Evangelio por donde quiera que vayamos.
He conocido mucha gente que, en verdad para ellos, es primordial difundir las
Buenas Nuevas de Jesucristo. Así lo hacen: no dejan pasar la oportunidad de
hablar del Señor porque se ha entendido muy bien el ministerio de la gran comisión
(Mateo 28: 19-20).
Veamos algunos de los muchos versículos referentes a proclamar
las Buenas Nuevas de salvación y que Dios desea que pongamos en práctica: “A la
verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación
de todos los que creen” (Romanos 1:16a); “Tú, en cambio, predica lo que va de
acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1); “De esta manera mostraré mi grandeza
y mi santidad, y me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo
soy el Señor” (Ezequiel 38:23). Así que, nuestra obligación es obedecer.
Señor Jesús: pon en nuestro corazón el deseo firme de
no quedarnos callados e ir a hablar a tantos que están perdidos, la palabra de
fe que también un día escuchamos. Pon el querer como el hacer por tu buena
voluntad y que prediquemos a diestra y siniestra; a tiempo o a destiempo.
Gracias por permitirnos ser en verdad, embajadores de tu reino.
Un abrazo y bendiciones.
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