Si no lo sabes, bella entre las bellas, ve tras la huella del rebaño y apacienta a tus cabritos junto a las moradas de los pastores.
Cantares 1:8. NVI.
Lectura: Cantares 1:1-11. Versículo del día: Cantares1:8.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Qué lindo es el poema del Cantar de los Cantares! El
Señor siempre se compara con su Iglesia, su novia, con la relación del hombre y
la mujer en el matrimonio. Así que este Libro es para que inundemos el corazón
de ese amor grande por nuestro Amado Señor Jesús y le digamos no solo lo que
está plasmado aquí, sino las demás palabras que broten del corazón enamorado para
Él.
“Cuéntame, amor de mi vida, ¿dónde apacientas tus
rebaños?, ¿dónde a la hora de la siesta los haces reposar? ¿Por qué he de andar
vagando entre los rebaños de tus amigos?” (v. 7). El Pastor le responde: “Si no
lo sabes, bella entre las bellas, ve tras la huella del rebaño y apacienta a
tus cabritos junto a las moradas de los pastores”. Jesús nuestro buen Pastor,
el más grande de ellos no se acuerda de los pecados de sus hijas; a todas ama
por igual. Vámonos al Evangelio de Juan donde le habla a la mujer samaritana.
Esta mujer le conoció y quiso saber más de Él: “—Por favor, señor —le dijo la
mujer—, ¡dame de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que
venir aquí a sacar agua” (Juan 4:15 NTV). ¡Dame de esa agua! ¡Cuánto ansía esta
mujer esa agua que solo puede brotar del manantial de su amor! Agua pura y
fresca que renueva las fuerzas y restaura corazones. Allá hay que seguir para
encontrar las huellas del Amado Pastor que está listo a tendernos sus brazos
amorosos. Hay que buscar su rebaño puro para que en verdad podamos reposar y no
ir tras otros rebaños en los que no hallaremos el amor que Jesús nos ofrece. Sí, “¡Sobran las razones para amarte!” (v. 4e
en la lectura).
Mi Amado Señor: eres el amor más sincero y puro
ofrecido a la humanidad y, sin embargo, no te buscamos ni te seguimos. Eres la
fuente inagotable que sacia nuestra sed. Tú nos llevas y nos haces reposar en
verdes prados donde nos consientes y acaricias para hacernos sentir tu ternura
y a la vez tu perdón. No dejes Buen Pastor que nos aislemos y busquemos otros
campos. Retennos junto a Ti para sentir tu calor y abrigo. ¡Cuánto necesitamos
de ese, tu perfecto amor!
Un abrazo y bendiciones.
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